Mariano Rajoy inició la campaña en Ávila junto a una estatua de Adolfo Suárez y todo indica que José María Aznar no va participar en esta movida. Una forma estratégica de intentar conseguir votos de un centro derecha donde Albert Rivera y sus Ciudadanos avanzan a marchas forzadas en los sondeos demoscópicos. Pedro Sánchez, por temor a estos mismos pronósticos nada positivos para los socialistas, ha recuperado a Felipe González, mientras que a Zapatero lo deja ausente. Los dos partidos tradicionales intentan en esa situación muy abierta y muy compleja tirar de lo mejor de su fondo de armario.

En Murcia, los populares, liderados por su actual presidente Ramón Luis Valcárcel, obtuvieron unos resultados desequilibrantes hasta las pasadas autonómicas y municipales. Un éxito que en gran medida se atribuía al tirón personal del todopoderoso dirigente. Ese ´fondo de comercio´, que dicen los mercantilistas, no parece que vaya a tener una participacion activa en estos comicios, en los que las encuestas más optimistas hablan de una pérdida de tres escaños. Según fuentes cualificadas de los responsables de campaña, el eurodiputado está disponible y dispuesto a echar los restos y si no va a tener más presencia no es por las historias de tribunales, comisiones de investigación, aeropuerto o desaladora, que le pudieran llevar a recibir algún tomatazo, sino por su apretada agenda como vicepresidente en Estrasburgo.

El PP en la Región tiene otro importante ´fondo de comercio´, que se llama Alberto Garre. El expresidente, en el poco más de un año que estuvo en San Esteban, predicó y llevó a cabo un intento de política regeneracionista, hablando de honestidad y ética, y al final de su mandato de ganó la estima y el reconocimiento de un sector de la ciudadanía. Con Alberto Garre ya se contó poco en las autonómicas y en las municipales y en estas parece que menos. Dicen estas cualificadas fuentes populares que no existe marginación, que son las agrupaciones locales las que solicitan a excargos públicos para los actos de campaña, siempre que ellos estén disponibles. A Garre nadie oficialmente le ha dicho nada y se desconoce si alguna osada agrupación está dispuesta a solicitar la presencia de un histórico militante al parecer nada grato para el todopoderoso vicepresidente europeo de apretada agenda.