Si están entre los más de nueve millones de personas que siguieron el debate, seguro que están también entre los que ganó su candidato, incluso para los que son del mismo centro de Cartagena y votan al MC, ganaron los suyos aunque no estuvieran allí, porque se sintieron identificados cuando a alguno de los candidatos se le dejó oír un quejío que sonaba a nuestro y acabaron con lo de esta es la mía para ganar esta noche, como lo fue para Rajoy desde Doñana.

Si se le ocurre cruzar las últimas encuestas de intención de voto con el arco de nuestro Ayuntamiento le sorprenderá el dato: PP y PSOE están más o menos igual, con un 30% y 21% en nacional y un 30% y 18% en local, pero donde en nacional se reparten un 30% de los votos entre C's (20%) y Podemos (10%), en Cartagena sucedió que ese 30% fue casi un 40% y se repartió entre MC (16%), C's (11%) y Podemos (11%), mas o menos. Para llegar a una tesis facilona tendríamos que concluir que los votos de MC son en gran parte para Ciudadanos en generales, pero a la hora de formar gobierno la cosa cambiaría porque si aplicaramos la norma local, tendríamos un jefe de Gobierno en España con un 16% de los votos, como ha pasado en Cartagena, así que no se rían cuando le oyen decir a Pablo Iglesias que va a ser el presidente, que en ese tipo de ecuaciones somos expertos y si nos parece bien para casa, por qué no para el piso de arriba.

Seguro que conocen el más que determinante principio de correspondencia de 'como es arriba es abajo' así que vayan haciéndose a la idea que esto no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario y lo que sí parece evidente, después de oír el debate y ver el resultado de las urnas en las municipales, es que los emergentes van para arriba y no suben para irse, sino para quedarse, aun con resultados minoritarios o si no miren para Cádiz o Madrid. Los de arriba no paran de repetir lo de la lista más votada dando lecciones de democracia y los de abajo ni caso, que la aritmética permite malabares y no me negarán que esto de la democracia es un auténtico follón que hace ganar a quien pierde, perder a quien cree que ha ganado y no jugar a quien es el fichaje más caro que mantenemos.

Los venezolanos, como los catalanes lo resuelven fácil, tots junts per el no o per el sí, y aun así no hay quien pueda con la maléfica calculadora, que yo vi en el debate más cerca a Iglesias de Rivera, con igual distancia que la que la simetría le otorga a Sánchez y a Sáenz de Santamaría y puestos a liar democracia con follón y a devolver el plato cocinado entre MC y PSOE, qué impediría un junts per lo que haga falta entre C's y Podemos, lo que obligaría la contrarréplica de PP-PSOE no me voy ni con agua caliente.

Yo estoy entre los malvados que se ha jugado un café y dijo hace semanas que Rajoy no iba al debate no por los papeles de Bárcenas, sino por miedo al ridículo, porque esta batalla la tiene perdida generacionalmente, y a la vez pone en valor la posibilidad de ganar la guerra con una retirada postelectoral donde deje el camino abierto para que Sáenz de Santamaría pacte con los emergentes su investidura, no la de Rajoy, como único modo de enmendar el error que cometió el PP el día que lo nombró candidato.

Verán que esto en liga nacional se va a poner aún más apasionante que nuestros plenos municipales y avisados están que ganar las elecciones y gobernar está empezando a tener poco que ver.