La maestra y mediadora familiar María Pilar Gómez lo recordaba en una entrevista: «El trabajo de muchas personas está cambiando el punto de vista de padres y profesores permitiendo que muchos pequeños disfruten de algo que les pertenece: el derecho a ser niños». Y es que la carga excesiva de deberes durante la Primaria pone sobre la mesa el debate. Los españoles dedican al estudio una media de once horas diarias, entre el colegio y los deberes en casa. Si a eso le sumamos el deporte, el inglés e, incluso, tocar un instrumento... ¿Dónde se quedó el jugar, dialogar con los padres, comer en familia, pasear en bicicleta, leer o, simplemente, divertirse? Tantos deberes saturan, agobian y generan en el alumno un sentimiento de culpa que arrastra hasta la madurez. Más allá de los resultados del informe PISA o las comparaciones con Finlandia, existen otros indicadores lo suficientemente importantes para detenernos en el asunto. ¿La solución? Esperemos que a partir del 20D, gane quien gane, comience por el esperado ´pacto por la educación´.