ay anunciado un debate electoral por tierra, mar y aire al que el pepé tiene previsto enviar a Soraya quien, a diferencia del resto, no es cabeza de lista. Para Rajoy, en absoluto se trata de alineación indebida y su opinión hay que tenerla muy en cuenta puesto que estamos ante un comentarista radiofónico por todo lo alto. El hombre veía que se le echaba el tiempo encima, que en algo tenía que ser de Champions y lo consiguió. Y al que se pique, que ajos coma.

El presidente no quiere arrogarse ningún mérito, pero la idea de que su equipo se haga a un lado en la Copa pueden imaginar de dónde parte y empezó a maquinarla el día de autos en el palco del Bernabéu. La generosidad de los suyos dado que del rival solo vieron algunas esteladas, no le pareció suficiente para compensar la quina que los soberanistas están trangándose con las resoluciones del Constitucional. El gran comentarista del que disponemos empezó a darle vueltas y, repasando el calendario, cayó en la cuenta de que no podía haber un modo más simbólico que despojarse a sí mismo de un título nacional en Cádiz, cuna de la Carta Magna. Esta jugada maestra no ha sabido captarla la afición local que, tras cantar «Benítez, quédate», ha propuesto a Cheryshev para pregonero del Carnaval pero, en cambio, la Cup sí ha tenido en cuenta el gesto hasta el extremo de que no se descarta que las bases voten para elegir candidato a la Generalitat entre Mas y un pariente cercano a Butragueño que hay en Junts pel Sí, con ligera ventaja hoy en día para el segundo. Lo cierto es que, entre unas cosas y otras, la vice ha de suplir en ciertas historias al jefe porque es que no para. Sus viajes a París para interceder ante Valls por Karim tampoco están siendo valorados. Todo el mundo habla de una enorme preocupación medioambiental, pero es que eso no se lo cree ni su primo.