Para los creyentes en las encuestas, los datos publicados por el CIS nos permiten desgranar cómo la realidad está llena de falsas verdades, sin necesidad de dudar ni un ápice sobre la validez de las estimaciones que, normalmente, es criticada solo por quienes salen perdedores o tenían expectativas que no se cumplen. Así las cosas, los datos de la encuesta arrojan algunas contradicciones como las siguientes.

En primer lugar el PP sería el ganador de las elecciones, un vencedor con una pérdida brutal de apoyo electoral desde el 44,6% al 28,6% de los votos válidos, dejándose por el camino, al menos, 60 de los actuales 186 diputados.

El PSOE mantendría la segunda posición en el ranking, un puesto dudoso por lo cercano del que le sigue. También perdería votos, aunque de forma más suave que el PP, bajando desde el 28,7% de 2011 al 20,8% que le da el CIS. El castigo sería mayor en número de escaños, desde los 110 obtenidos en 2011 hasta una amplia horquilla entre 77 y 89 diputados, observando que la amplitud el intervalo desvela como los técnicos del CIS no tienen muy claro que ocurre con el electorado socialista.

Ciudadanos aparece como tercera fuerza política, pero podría ser virtualmente la segunda, porque obtiene un 19%, con una estimación de 63 a 66 escaños. Es el gran vencedor, que pasa de cero a sesenta y pico si se cumplen las predicciones. Ciudadanos es el partido que según la encuesta del CIS come en mayor proporción del bipartidismo, absorbería al 17,4% de los votantes del PP en las Generales de 2011, un 10,8% de los que votaron al PSOE y devoraría el 44,3% de los que optaron por UPyD.

Como última contradicción se puede señalar que Podemos debería celebrar que obtiene escaños en el Congreso por primera vez, pero la realidad es más bien amarga. El éxito de Ciudadanos es lo que Podemos querría para sí. Se les han ido las fechas. De la popularidad absoluta han pasado a un 9,1%, con una estimación entre los 23 y los 25 escaños, nutriéndose principalmente de un 9,3% de los votantes socialistas de 2011 y de uno de cada cuatro de Izquierda Unida.

Por otra parte y en el plano regional, el CIS estima que los 10 diputados que nos tocan se repartirían a razón de cinco al PP, dos al PSOE, dos a C´s y uno a Podemos. A tenor de las expectativas que se han manifestado hasta la fecha, la encuesta solo debe gustar al PP y si se cumplen los pronósticos, mientras que el resto es normal que reniegue de ella (y una candidata tenga que pagar la cena que se apostó en directo en una televisión nacional).

En cualquier caso, si el 21 de diciembre nos levantamos con estos repartos de diputados, es esperable que todos digan que han ganado. Las formaciones del bipartidismo porque han resistido y se mantienen a la cabeza o porque la pérdida podría haber sido mayor. Ciudadanos y Podemos porque no tenían nada y ahora todo apunta a que tendrán un peso específico.

Finalmente debemos preguntarnos por el Gobierno de la nación. A nivel nacional se repetiría el esquema regional con algo más de ruido por los partidos nacionalistas. Tanto el PP como el PSOE necesitarían a Ciudadanos en su puzle para formar gobierno, otras fuerzas políticas podrían ser importantes, pero todo apunta a que la verdadera llave de La Moncloa es Ciudadanos.