Hay ocasiones en la vida que tienes que tomar aire, coger impulso y hacerlo. ¿Por qué? Pues porque nunca volverá a ser 2 de diciembre de 2015; porque las ganas que tienes de decir eso a lo mejor desaparecen; porque a la persona que se lo quieres decir lo mismo ya no estará ahí para escucharte€ Por esto y por mucho más, ¡hazlo! Dile a esa persona que tienes al lado que la quieres; dile a tu amigo que está pasando por un mal momento que estás ahí; dile a quien te hace daño que no vas a seguir consintiendo ciertas actitudes; dile a esa persona que has conocido que te gustaría invitarle a cenar; dile a la dependienta que te atiende con cara de asco que la atención al público es otra cosa; dile a tu jefe que no puedes más, que te dé un poco de margen; dile a tu familia lo que supone tenerlos a todos día a día a tu lado; dile a los voluntarios de ONG que entiendes su trabajo, pero que no puedes pararte cada dos metros a que te lo cuenten porque tienes prisa o, sencillamente, porque no quieres; dile que te gusta; dile que le quieres; dile que no eres tú, soy yo; dile a alguien no, cuando realmente quieras decir no; dile que sin su apoyo no puedes seguir; dile que sí a un viaje; dile que sí a un reencuentro; dile que sí a dormir tranquilamente por las noches. Di lo que quieras, pero dilo.