Qué gran favor obtendría la sociedad, si cada vez que se realizara una reivindicación, de cualquier naturaleza, fuese acompañada con una propuesta de solución y que a la vez sea posible la misma! Cuando se levanta la bandera de una reivindicación, si solo se antepone la misma, sin más, sin analizar si existen soluciones reales o no, es sencillamente crear un problema más, un dolor de cabeza más, tanto para quien lo pide, como para quien le corresponda responder.

Esta mala praxis la encontramos, por doquier, en todos los ámbitos de nuestra vida local, regional y nacional. Lo malo es que se ha convertido en un procedimiento cotidiano y nadie lo ve mal. No ayuda a nada y sí colabora en una mala percepción de la realidad, porque no todo lo que se reivindica tiene una base o una solución real. La visión global de una sociedad con la invasión de muchos de estos actos, puede llegar a ser vista como la deformación producida de una realidad distinta.Queremos agua.

Pero, ¿de qué calidad?, ¿de dónde?, ¿con quién hay que negociar?, ¿qué le vamos a dar a cambio?, ¿hay algún estudio, independiente, de excedencia de agua en esa zona?, ¿debemos ir a Bruselas a solicitar agua para la España seca?, ¿debemos unir nuestras fuerzas a otras zonas, Regiones o Comunidades, que estén en las mismas condiciones?, ¿debemos solicitar que el derecho al agua sea un mandato constitucional?, ¿cuánto cuesta el agua que ha de venir?, ¿cómo la vamos a pagar?, ¿debe haber un precio único para el agua en toda España?

Queremos el AVE. Lo queremos soterrado en todas la ciudades de España. ¿Sabemos lo que estamos diciendo?, ¿cuánto cuesta?, ¿lo podemos pagar?, ¿es verdad que en unas ciudades sí que es necesario y en otras no?, ¿se está dispuesto a que en tu ciudad no se considere necesario?, ¿necesitamos el AVE de verdad?, ¿no podríamos tener una línea rápida de ferrocarril clásico, sin zonas como Camarillas, que tardaría solo un poco más que el AVE?, ¿si nos hubiéramos ahorrado el AVE, podríamos dedicar ese dinero para otras cosas? Queremos un aeropuerto.

Queremos el Puerto del Gorguel. Queremos que venga más turismo, pero que nos lo traigan, porque no queremos tocar la 'costa'. Queremos tantas y tantas cosas.Pero hace falta que detrás de cada cosa que pidamos, haya inmediatamente una reflexión sobre su viabilidad, necesidad, costes económicos y sociales, rapidez de ejecución, ¿quién gana y quién pierde? Contrapartidas a entregar.

Por favor, hagámonos realistas, ayudemos a que las cosas se puedan hacer y conseguiremos mucho más que hasta ahora. Cuando se expone un problema, hay que acompañarlo con, al menos, una solución.