Helios escribe con ironía en su Facebook: «En España podemos estar tranquilos ante fanáticos como los de Daesh. Las identidades culturales pueblerinas nos protegen, contamos con pánfilas ideologías que nos unen en valores de paz, equidistancia... y, al tiempo, rebosamos desprecio por nuestra Nación. Nuestra palabrería es invencible». Una cándida le rebate, y añade él: «El pacifismo que condena toda guerra se convierte en coartada para someter los pueblos a la esclavitud, a la tiranía y a la muerte». La otra opone su buen corazón, y sigue él: «La paz que disfrutas y la democracia que defiendes se erigió sobre las ruinas y muertes que causaron cientos de miles de bombas caídas sobre las ciudades alemanas». Y aquélla, erre que erre, canjea el mirto y la hierbabuena por el veneno y el puñal. Dice Gustavo Bueno, y suscribo: «La paz es la victoria; lo demás, metafísica».