Los atentados de París han hecho que el Gobierno francés reaccione activando el estado de emergencia, lo cual supone suspender parte del Estado de Derecho, invocando la seguridad. Creo que con esta medida hay dos grandes triunfadores: los que no creen en la democracia y los propios terroristas. La mejor respuesta siempre es respetar el Estado de Derecho, una Policía con mejores medios y recursos para detener a los autores, evitando cualquier generalización. La democracia debería ser fortalecida, no sólo por los Gobiernos, sino también por la ciudadanía, siendo consciente de que se encuentra en un estado de conmoción. Libertad y seguridad no son incompatibles, sólo los enemigos de la libertad quieren que lo veamos de otra manera.