¡Qué peligroso el oficio de narrar historias! Nunca pensé que el escribir un libro me iba a llevar hasta la cárcel? Excelente el encuentro literario mantenido la pasada semana con los internos del Centro Penitenciario de Sangonera. Enhorabuena a los responsables culturales de la prisión y a la Biblioteca Río Segura por la valiente iniciativa; y mi más sincero agradecimiento a los presos que dedicaron su tiempo y energías a leer El último barco a América. Ojalá la lectura les lleve un día a ser ciudadanos libres.