La cola del INEM o del SEF cuenta desde hace unos días con un parado menos. A esos más de 130.000 murcianos que no tienen trabajo en la Región y a los cerca de 50.000 del municipio de Murcia hay que quitar uno, que no ha llegado a convertirse en desempleado estructural porque ha encontrado trabajo en menos de cinco meses, todo un récord si se tiene en cuenta la situación del país. Se trata del que fuera alcalde de Alcantarilla en los últimos cuatro mandatos, el popular Lázaro Mellado, que ha sido nombrado gerente de Citmusa, en sustitución de Gregorio Albuquerque, otro ex alto cargo del PP que desembarcó en esta institución después de pasar por el Gobierno regional.

En cualquier caso, se trata de cargos a dedo que no han sido seleccionados bajo los criterios de competencia y capacidad, y su único mérito, en estos momentos, es ser portador del carné del PP y de ciertos secretos inconfesables, que le dan el pasaporte hacia un retiro dorado de 49.000 euros al año brutos. Nada nuevo bajo el sol. Esta táctica de la puerta giratoria es muy antigua. Lo chocante es que se haga en el contexto actual, en el que los populares están en una posición de debilidad y han jurado y perjurado que han cambiado.

Sin embargo, este cambio no parece creíble a la vista de que utilizan los órganos dependientes de la Administración para colocar a ciertos peones. Por no hablar de los puestos de asesores, que han incrementado y en los que han instalado a personas que han tenido una relevancia en pasadas legislaturas y ahora están incluso imputadas. Lo peor de todo es que defienden esa actuación acudiendo a un peregrino argumento: son expertos en la materia que se les ha encomendado.

También en el ayuntamiento de Murcia se han dado casos en el pasado de enchufismo, una táctica que se ha utilizado en muchas ocasiones para colocar a parientes con carné del PP en empresas que directa o indirectamente trabajaban para la corporación capitalina. La renovación en la alcaldía presagiaba que esta práctica iba a ser desterrada, pero algún que otro concejal ya ha sorprendido a propios y extraños poniendo mesa y despacho a una persona de su confianza utilizando para ello una firma de una contrata municipal. Este acólito incluso ha contactado ya con funcionarios municipales para recabar información y hacer informes para el citado edil.

Ante la reiteración de los dedazos y de la colocación de los que fueron algo en el pasado se ha producido ya un malestar creciente en el seno de los populares en el municipio de Murcia que, incluso, ha desembocado en dimisiones de presidentes de juntas locales, que no están de acuerdo con las decisiones que se han adoptado en los órganos de dirección del PP, y con la baja de decenas de militantes, que tampoco comulgan con la política que se está haciendo ahora. El puenteo de los órganos locales de los pueblos y la colocación a dedo pueden ser el germen de una rebelión nunca conocida en el seno del partido dominante en la Región. La pregunta que se hacen todos: ¿Es el PP una agencia de colocación o qué? Por nadie pase.