esde hace solo unos años, el término 'agricultura ecológica' ha pasado de estar relacionado con colectivos minoritarios y elitistas, a formar parte de nuestra vida cotidiana. Ni los más optimistas podrían haber imaginado que ahora la práctica totalidad de establecimientos de alimentación incluiría en su oferta productos de origen ecológico.

La agricultura ecológica respeta los ciclos naturales de cada producto y se adapta a la capacidad de producción de la tierra permitiendo la renovación de los recursos naturales, con el único objetivo de mantener la sostenibilidad de la producción. Esta agricultura constituye el único sistema de producción viable en zonas rurales con escasas alternativas productivas, mayoritariamente en el caso de los cultivos de secano en zonas desfavorecidas. Gracias a este tipo de agricultura se mantiene la población rural de estas zonas. De ahí la importancia socioeconómica y medioambiental que la agricultura ecológica tiene en la Región de Murcia.

En 2013 el sector ecológico en la Región de Murcia alcanzó una producción de más de 190 millones de euros en productos de origen vegetal. La mayor parte de esta producción se dedicó a la exportación, siendo los principales destinos Alemania, Reino Unido, Francia, Dinamarca y Suiza. Resulta llamativo el fuerte crecimiento de la superficie agraria ecológica en los últimos años, al pasar de 284,23 hectáreas en 1996 a las 58.255 hectáreas en 2014, lo que supone que más de un 17,6% de la superficie total cultivada está en régimen de producción ecológica. Las hectáreas se incrementan, al igual que los productores y elaboradores, que en la actualidad superan los 2.500.

Respecto a los productos ecológicos, en la actualidad, el 40% de las almendras producidas en Murcia son ecológicas. Le siguen en importancia los cultivos herbáceos con un 31% y el viñedo con un 20% de su producción total. Precisamente por todo esto, el Gobierno regional ha considerado, considera y considerará la agricultura ecológica como un elemento indispensable para la consecución de una de las principales prioridades del desarrollo rural, como es la competitividad del sector agrario y viabilidad de las explotaciones.

En el marco de Programa de Desarrollo Rural 2014-2020, aprobado el pasado 3 de julio por la Comisión Europea, la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente ha diseñado una línea de ayudas financiadas en su mayor parte con fondos comunitarios para impulsar el fomento de estas prácticas.

Y la respuesta del sector ha superado las expectativas inicialmente previstas para la reconversión de nuevas hectáreas, pasando de 4.000 a 25.000. Si estos datos se confirman, a partir de 2016 podremos decir que en Murcia el 27% de la superficie cultivada es ecológica, y se consolidará nuestro papel hegemónico a nivel nacional.

Ante esta situación, ha sido objetivo prioritario del Gobierno de la Región de Murcia dar respuesta inmediata a la demanda del sector, incrementando, en una primera fase, los fondos destinados a esta líneas con un total de 53.44 millones de euros (lo que supone duplicar los fondos inicialmente previstos, con un aumento de 26 millones).

Este importante compromiso económico con el sector se plasmaba el pasado día 10 de noviembre con la firma de un acuerdo, el primero en la historia, entre las organizaciones profesionales agrarias COAG-IR, ADEA-ASAJA y UPA; las cooperativas representadas por FECOAM y FECAMUR y el Gobierno Regional presidido por Pedro Antonio Sánchez.

Pero el trabajo de esta Administración no termina aquí. Nuestro compromiso, además del apoyo económico, es priorizar la promoción de los productos que provengan de agricultura ecológica murciana, como alimentos de calidad en Murcia.

No quiero ni debo finalizar sin insistir ante la sociedad murciana en que más allá de contemplar la agricultura ecológica como un mero sistema productivo se perciba su consideración social como elemento favorecedor de la fijación de la población en nuestras zonas rurales. Así como reconocer y valorar el papel de la producción ecológica en la política ambiental, por su potencial contribución a la lucha contra el cambio climático, y su importancia para el mantenimiento de la biodiversidad. Las indiscutibles aportaciones positivas de la producción ecológica, son objeto de valoración especial en la nueva Política Agrícola Común, cuya relevancia y aplicación nos afecta a todos.