José López, alcalde de Cartagena, acusó el pasado martes a LA OPINIÓN y a su delegada comarcal, María Jesús Galindo, a quien citó por su nombre, de publicar noticias sin contrastar con el fin de 'darle leña'. Se refería a una información relativa a los comerciantes del centro de la ciudad que no ha sido desmentida al periódico por sus protagonistas, y lo hizo irrumpiendo en la tertulia de tarde de Onda Cero en la que se debatía sobre la decisión de López de crear una web municipal y una emisora de televisión con la intención confesada inicialmente de replicar a las informaciones de prensa que a la autoridad local le pareciera que no responden al enfoque oficial.

LA OPINIÓN se limita a informar, y lo hace con el máximo rigor. Habría bastado una llamada o una nota de desmentido o matización en su debido momento tanto de las fuentes de la información como del propio Ayuntamiento para que se hubiera añadido al relato informativo del caso que ha provocado la indignación del alcalde, quien, como es obvio, tiene él mismo o sus portavoces las puertas y teléfonos de este diario abiertos.

La prejuiciosa y agresiva actitud de José López contra la publicación de meras informaciones que estaría a su alcance replicar de manera convencional y civilizada es un indicio preocupante de su concepción de la libertad de prensa e invita a que nos preguntemos sobre las causas reales de su afectación por una noticia que expresa tan sólo la continuidad en esta fase política de un malestar de los comerciantes que ya procede de la etapa anterior.

López debe saber que ni la presión a nuestras fuentes ni el reparo a ser etiquetados en su 'grupo de medios de comunicación' que pagamos todos los ciudadanos va a provocar la suspensión de las obligaciones de LA OPINIÓN relativas a informar sobre su gestión. Lo hacemos y lo seguiremos haciendo sin caer en la tentación de responder con su propio estilo, insólito hasta ahora en la vida política de esta Región. Pero, desde luego, este periódico no se verá sometido al miedo que ya se percibe en algunos sectores a los que López señala sin pudor ni aceptará que los intereses de Cartagena coinciden necesariamente con las posiciones que en cada momento mantenga el líder del Movimiento Ciudadano o sus asociados.

Si López pretende amedrentar a los medios y a los periodistas debe saber de entrada que con el silencio pasivo de LA OPINIÓN no podrá contar.