Todos sabemos que hay gente a la que le encanta hablar, pero a veces no nos damos cuenta de que es algo que no podemos evitar. Yo digo, si tienen tanto que decir, amigos, dejad que hablen. Si se divierten así; que hablen. Mientras lo hacen yo no paro de escribir. Que hablen.

La gran realidad es que yo sigo en el arte, que cada concierto que voy tengo a gente delante, por algo será cuando aún vienen a escucharme, así que es igual, si es por mí, dejad que hablen. Me gusta lo que hago porque es honesto, porque pongo en el cuaderno exactamente lo que pienso. Si tengo mala cara, será un mal día; y si es un mal día, no me pidas que sonría, porque sé hacerlo, pero odio la mentira. Algunas veces te apetece enfadarte, pero luego lo piensas y dices: bah, dejad que hablen.

Que hablen, no significa que yo hable, porque ¿sabes qué? Lo siento, no somos iguales. Hay gente pequeña, hay gente más grande, hay gente sorprendente y unos pocos que son geniales. ¿Yo? Elijo y me rodeo de gente interesante. Así que a los demás, dejad que hablen. Si tienen tanto que decir de MÍ o de TI, simplemente, dejad que hablen.