Siempre me ha llamado muchísimo la atención que a alguien le moleste con quién se acueste su vecino, si esa relación no interfiere en absoluto en el día a día de este alguien. Igual que la consigna ´La familia se rompe´, esgrimida especialmente por colectivos que, por alguna extraña razón, creen que el hecho de que dos chicos, o dos chicas, sean pareja, implica un daño a sus ´modélicas´ formas de vida, de institución vetusta y seria, de matrimonio apostólico y romano con numerosa prole. No termino de pillar en qué afecta a un matrimonio formado por hombre y mujer el que en el piso de al lado resida un matrimonio formado por hombre y hombre. Tampoco veo por qué el amor entre dos hombres podría molestar a un dios. A Zeus y Apolo, fijo que no, ya que ambos eran prolíficos homosexuales. Y en la Biblia, por otro lado, sigo sin ver cuándo condenó Jesús a los homosexuales. Es más, ¿cuándo condenó Jesús a nadie? El mensaje del de Nazaret habla de amor, de convivencia y de alegría: es su club de fans de siglos posteriores el que habla de otras cosas más siniestras. Y que dos personas se amen siempre será una victoria.