La mayoría de mujeres confiesa sin tapujos que los italianos representan un poco el estereotipo del hombre perfecto, o casi, mejor dicho. Lo dulce de su idioma, ese pelo al viento que nos vendieron desde el otro lado del Mediterráneo, que les importe la moda de la misma manera que a una mujer y que tengan fama de conquistadores, son motivos, a vuela pluma, que harían que cualquier italiano tuviera más oportunidades de éxito en una discoteca que un español. Sin embargo, hasta a mi mujer han dejado de hacerle gracia los ´bambinos´ desde que Valentino Rossi no tuvo otra idea que tirar de una patada a Márquez en el Gran Premio de Malasia hace poco más de una semana. Pues nada, chicas, ya tenéis un defecto que muy pocas veces habéis puesto de relieve sobre los chicos del país transalpino, también son malos perdedores y violentos, facetas que, sinceramente, creo que no le gustan mucho a las españolas. Valentino era un ídolo en España, pero ahora ya no importa. Se ha convertido en un llorón y en un macarra. La lucha en Valencia del domingo será encarnizada. ¿Mi deseo? Ahí lo tienes amigo. Que la codicia de Rossi lo deje sin el décimo Mundial.