Cuando un Gobierno inicia su andadura, los cien días de gestión suponen un punto de inflexión con el que analizar las primeras medidas y evaluar el rumbo de su política. Cabe también preguntarse qué ha aportado la oposición en las primeras semanas de la legislatura y qué se atisba de su manera de ejercer el papel político que le han otorgado los ciudadanos.

Bajo ese prisma me permito cuestionar: ¿cuál ha sido la primera iniciativa pactada por el tripartito formado por PSOE-Podemos-Ciudadanos que se ha forjado en estos cien primeros días? Imponer una reforma del sistema electoral muy alejada de las demandas y preocupaciones de los murcianos, que solo favorece determinados intereses partidarios y expectativas puramente políticas. En contraposición, ¿qué primera medida adoptó el recién constituido Gobierno regional de Pedro Antonio Sánchez?

Aprobar una reducción del 50% en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, gracias a la cual 28.000 familias murcianas tendrán cada año veinticinco millones de euros más en el bolsillo. Mientras la oposición empezó preocupándose de sí misma buscando ventajas particulares con el cambio de las reglas del juego electoral, el Gobierno autonómico de Pedro Antonio Sánchez inició su andadura cumpliendo sus compromisos electorales y tomando decisiones en beneficio de todos los murcianos.

Así empezó, y así sigue la oposición tripartita: con la vista puesta única y exclusivamente en las elecciones generales del 20D y, por tanto, en desgastar al Partido Popular por encima de absolutamente todo, incluso del interés general de los murcianos. Que su política obstruccionista lleve a que los funcionarios autonómicos puedan no recuperar su paga extra o que el aumento de las partidas para Dependencia, Sanidad o Educación corran un serio riesgo, no parece importarles a quienes no parecen haber entendido que los ciudadanos nos han elegido para solucionar sus problemas, no para dedicarnos a perseguir o a juzgar tras los muros de la Asamblea Regional.

Frente a una oposición desorientada y perdida en batallas políticas y electorales, el gobierno de Pedro Antonio Sánchez ha tomado decisiones valientes y reformistas bajo el paraguas del diálogo, el consenso y la participación.

Porque el de Pedro Antonio está siendo un Gobierno totalmente implicado en las necesidades y prioridades de la Región de Murcia, que ha dado ya pasos firmes y decisivos que han hecho posible avances en asuntos tan trascendentales como la llegada soterrada del AVE a la Región, gracias a un acuerdo histórico entre Comunidad Autónoma, ministerio de Fomento y ayuntamiento de Murcia para fijar las fases y plazos de las obras de soterramiento del AVE en Murcia; el reinicio inmediato de las obras de la variante de Camarillas; el acuerdo entre la Autoridad Portuaria de Cartagena y Adif; o el aeropuerto de Corvera, cuya próxima puesta en marcha está más cerca tras la sentencia del TSJ que avala la actuación del Gobierno regional en el rescate de la concesión.

Pero si hay un terreno donde el Gobierno de la Región ha demostrado su carácter reivindicativo en defensa de los intereses de los murcianos es en materia de agua. Se han conseguido logros históricos que aportan tranquilidad y certidumbre para nuestros regantes los próximos meses. Me refiero a la prórroga del Decreto de Sequía o al acuerdo de rebajar el precio del agua desalada, a los que hay que sumar los más de cuarenta millones de euros consignados en los PGE para obras hidráulicas.

Agua, empleo y financiación son tres ámbitos en los que el Gobierno de Pedro Antonio Sánchez se se ha puesto a trabajar sin demora y en los que ha cosechado avances importantes en un tiempo récord. Se han logrado 254 millones de euros de financiación adicional para el próximo año, lo que supone un reconocimiento por parte del Gobierno de la nación de la infrafinanciación que sufre nuestra Región.

No hay mejor política social que la que crea empleo, y Murcia está liderando este año la creación de empleo a nivel nacional, una tendencia que se ve reforzada por decisiones como la bajada de impuestos, las reducciones y nuevas exenciones de tasas para los sectores más sensibles y los incentivos fiscales a quienes apoyen la cultura y el deporte en la Región. Mientras a unos se les llena la boca con lo 'social', pero sin resultados reales, este Gobierno ha aumentado el número de becas, de centros bilingües y de comedores escolares.

Medidas sociales, incentivos fiscales, bajada de impuestos son decisiones de un presidente cuya vocación es gobernar desde el acuerdo y el consenso. Lo ha demostrado con la firma del Plan de Financiación Plurianual de las Universidades públicas, con el que se garantiza su estabilidad económica, y el pacto alcanzado con los sindicatos para la mejora del empleo público, recuperación de las condiciones de trabajo y desarrollo de un nuevo modelo de Función Pública.

Han sido, en suma, cien días de un Gobierno comprometido con las auténticas necesidades de los murcianos, cuyas demandas hace propias. Porque la prioridad de Pedro Antonio Sánchez no es otra que cumplir sus compromisos adquiridos con los votantes para construir entre todos una Región de Murcia cada vez mejor, frente al cortoplacista y hasta contraproducente electoralismo que mueve a otros.