Mi artículo El dedo mágico [publicado el pasado miércoles, sobre el caso de la alcaldesa de Torre Pacheco] provocó muchos comentarios en mi email, algunos muy graciosos. No puedo resistirme a citar al menos un par de ellos. Uno: «¿Alguien conoce La Creación, de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, donde el dedo de Dios toca el de Adán?.. Bueno, pues cambia a Dios por un alcalde, y ahí lo tienes...». Otro: «En mi pueblo hemos institucionalizado el saludo mestizo entre catalán y ´marine´. Ya no decimos ´adiós´, tampoco ´adeu´; decimos adedu...».

El humor es la salsa de la vida. Y si esa salsa, además, hacen pasables ciertos tragos putrefactos, pues mejor que mejor, ¿no?