Por no decir aburrimiento total, ante el espectáculo demagógico que se empeñan en montar algunos políticos aprovechando la proximidad de las elecciones generales. La historia se repite, una y otra vez, con protagonistas que al parecer desconocen el contenido de su papel en la vida real. Si su prepotencia les abandonara, sugeriría la lectura de El Político de Azorín. Encontrarán consejos, insinuaciones y recomendaciones para que puedan convertirse en el político ideal. Consejos no exentos de nobleza y picardía, tolerancia y disimulo con ecos de Gracián, Maquiavelo y Saavedra Fajardo. La claridad intemporal de las ideas de este escritor español, adscrito a la Generación del 98, no tiene parangón con el saltimbanqui proceder de algunos politicastros, según el Diccionario de la RAE: «Político inhábil, rastrero, mal intencionado, que actúa con fines y medios turbios». Llueve demasiado sobre una sociedad empapada y harta de cuanto acontece por el tufo insoportable de cierto olor a podrido. Ya Martín Vigil, en su novela, ahonda sin contemplaciones en busca de las verdaderas causas, y encuentra que algo huele a podrido en nuestra sociedad. Elecciones, mucho ruido y pocas nueces, muchas voces con promesas volátiles ajenas a un programa coherente y eficaz para el bien común, sin necesidad de tirar por la borda cuanto se ha conseguido. Los políticos que en su día asistieron a clase de Religión, sabrán aquello de «el que esté libre de pecado, tire la primera piedra»€ no vale esconder la mano. Cierto cansancio, aburrimiento hasta el hastío ante un más de lo mismo que no interesa a nadie. «Zapatero a tus zapatos»€ (Literalmente). Es decir, que cada cual se aplique en lo que le atañe, haciendo las cosas con la mayor perfección posible, rectificando los errores propios de la condición humana. Esto se llama Virtud; «Disposición habitual para hacer el bien». Los que estudiaron Religión saben que fe, esperanza y caridad son virtudes teologales. Y prudencia, justicia, fortaleza y templanza, cardinales. Saber o no saber es cuestión fundamental del buen gobierno y banal para el malo y el desgobierno. Elecciones, partidos políticos, candidaturas€ Constitución, unidad, democracia, bien común€ Mítines, urnas€ Quienes fueron a clase de Religión, saben que Esaú vendió su progenitura por un plato de lentejas€ Nihil novum sub sole (nada hay nuevo bajo el sol). Ahora, por un puñado de votos€