En muchos de los encuentros que mantengo con escolares, los niños me piden que les firme un autógrafo, a lo que siempre me niego. «Lo de los autógrafos es cosa de futbolistas y famosos; yo sólo dedico libros, les digo». Y me da pena cuando los veo marchar decepcionados, con su bolígrafo y su hoja de papel en blanco, ante mi tajante negativa. Por ello se me ha ocurrido el confeccionarles a cada uno un barquito de papel (la materia con la que están hechos los libros) y colocarle una banderita con el rostro del bandolero Hilarito. Y si alguno quiere que le dedique el barco, pues encantado€