El presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, dijo días atrás que «Murcia será una de las regiones con los impuestos más bajos; gobierno sin complejos y no soy rehén de nadie». Y como esta declaración tiene aires de hacerle sentir orgulloso „lo de gobernar sin complejos„ me pregunto si el presidente tiene en cuenta la realidad social de la Región de Murcia porque no creo que sea lo suficientemente boyante como para que la Administración pueda permitirse prescindir de aquellos ingresos necesarios para hacer una sociedad más justa. No, no creo que Murcia esté en condiciones de presumir de que sus impuestos serán los más bajos, sobre todo si tenemos en cuanta que el indicador europeo de pobreza o exclusión social AROPE, de 2014, es absolutamente demoledor para la Región. Sus últimos datos ponen de relieve que el 44,9% de los murcianos menores de 60 años tiene bajos ingresos o sufre una privación material severa o vive en hogares con una intensidad de empleo muy bajo. La tasa ha pasado en la Región de Murcia del 33,3% de 2009 al 44,9% en 2014, separándonos de la media nacional „en el último año la diferencia se ha incrementado en nueve puntos porcentuales„y nos encontramos tres veces por encima de Navarra, la mejor Comunidad autónoma. Es decir, según estos datos, Murcia es una de las que tiene mayor tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, si excluimos las ciudades de Ceuta y Melilla.

Y lejos de hacer un análisis sobre lo que está ocurriendo, lejos de buscar soluciones, se nos dice que fuera los complejos y que como nos sobra el dinero bajaremos los impuestos, que para eso estamos en campaña electoral. Pero leyendo el informe AROPE, viendo como los expertos relacionan la pobreza con el nivel de formación „las personas de 18 o más años sin estudios postobligatorios tienen una mayor tasa de pobreza„ y teniendo en cuenta que Murcia cuenta con un 51,1% de la población de 25 a 64 años sin estos estudios, me pregunto si la Comunidad está en condiciones de prescindir de ingresos. Pregunta que martillea sobre todo cuando aparece ante nosotros una información del periódico que el lector tiene en sus manos en el que se muestra una foto del Instituto de Enseñanza Secundaria Manuel Tárraga de San Pedro del Pinatar que sólo puede producirnos una infinita vergüenza por la dejadez, por el olvido de sus instalaciones, por el abandono que muestra la imagen y el demoledor informe que CC OO Enseñanza ha hecho público, en el que se denuncia que en este centro «la biblioteca es utilizada como aula para dar clase, no existen espacios físicos para los departamentos didácticos, el laboratorio de Física y Química es utilizado en muchos periodos lectivos como aula, los laboratorios de Física y de Biología son utilizados como aulas, debido a que cuando se remodelaron no fueron dotados con el material oportuno. Continúan sin cambiarse los tejados de amianto, con casi cuarenta años de antigüedad, en uno de los pabellones, y existe una aula cerrada debido al hundimiento del suelo y de las humedades en las paredes». Y suma y sigue porque el informe da como para que la consejera de Educación hubiese salido corriendo. Fácil suponer que todo esto ocurre con las instalaciones de los institutos porque no hay dinero para inversiones. No queremos pensar que sea incapacidad para buscar soluciones.

Los países más desarrollados son aquellos que hacen una mejor distribución de la riqueza y esto sólo se puede conseguir con una justa recaudación de los impuestos: que paguen los que más tienen no como está ocurriendo aquí, que siempre se van por la gatera los que conocen los subterfugios del engaño fiscal. La bajada de impuestos al tumtum siempre favorece a los mismos y siempre perjudica a los mismos.