«Jubilado muy a su pesar. Ha ejercido dignamente durante 43 años uno de los oficios más nobles del mundo: la enseñanza». Eso podía ser una especie de epitafio profesional. Mañana cumplo 65 años y ya no puedo volver a dar clase; me lo impiden cuando más disfrutaba haciéndolo. Hasta hace poco nos movíamos en una horquilla que iba de los 60 a los 70. El 90% se prejubila a los 60 y sólo cuatro locos vamos contra corriente pretendiendo llegar a los 70. Pero así se lucha contra el déficit en Murcia. A mis compañeros les extraña mi actitud y el hecho de que no desee ningún tipo de ´celebración´, pero es que no siento júbilo sino tristeza. Les echaré de menos, tanto como a mis alumnos.