Alan era un profesor peculiar, solía venir a clase con pantalones de pata de elefante y una camisa blanca con un fular alrededor del cuello. Sus zapatos llevaban algo de alza y de vez en cuando nos sorprendía con botines de principio de siglo abotonados en el lateral. A una persona de talento, vieja gloria de informativos de la BBC, se le permitían excentricidades y algunas dosis de narcisismo que, desde luego, Alan tenía. Las extravagancias no están consideradas algo malo por los británicos, pues se juzgan las ideas, no las personas. Era también un profesor muy exigente, así, cuando Alan mandaba hacer prácticas para el desarrollo de reportajes solía decir: «Pensad si las imágenes que vais a tomar, las preguntas que vais a hacer y el enfoque general, es el que os gustaría que os hicieran a vosotros mismos».

Esta era una regla que el periodismo de calidad de la BBC siempre tuvo en cuenta. Un amigo experto en televisión lo definió en español de Cervantes como «dignificar lo cotidiano».

Personalmente pude comprobar todo esto durante mi paso por la BBC, se buscaba aquella noticia que, además de informar, siempre transmitiera algún valor, buscando incluso «las joyas entre la basura» como irónicamente solían decir.

Otro aspecto importante que me enseñaron es que la tecnología es el medio y no el fin. A este respecto Alan siempre decía: «¿De qué sirve que tengas una buena cámara o una mesa de edición, si no sabes contar historias?».

Posteriormente pude ver que esta era también la base de la industria audiovisual, sea el que sea el medio o la ventana de exhibición: televisión, radio, internet, cine, etc. todos sirven para contar historias, pues la tecnología es el medio para fabricarlas y hacérnoslas llegar.

Este es el momento en que el lector empieza a pensar: ¿por qué me cuenta éste su vida?

Porque este es el modelo de televisión al que debemos aspirar.

Una televisión que pase de la página de sucesos a la de empresa, a partir de estándares innovadores, tanto en el fondo como en la forma y orientados a la televisión que viene, no la que se va. Un medio que haga de la tecnología un vehículo de información y devuelva la respuesta de la audiencia. Con interactividad total en todas las ventanas y haciendo uso de todos los canales de forma transversal, donde ésta se encuentra, adaptándose a las necesidades y gustos de la audiencia.

Una televisión donde el público vea y se vea, y que aquellos que viven fuera de nuestra tierra, puedan mostrar con orgullo, igual que comparten fotos de la Catedral de Murcia o el Anfiteatro de Cartagena. Un medio con proyección que muestre una región dinámica, emprendedora y caracterizada por su diversidad, además del rico (riquísimo) patrimonio histórico y natural con el que cuenta. Como dicen en tantos eventos de empresa y emprendimiento: «Act local, think global». Es decir: actúa localmente, piensa globalmente.

Una televisión que sea un proyecto motor de una industria, o lo que queda de ella, con iniciativas ilusionantes, pero con una ilusión basada en una estrategia concreta, de principios de agregación del talento, calidad, innovación e internacionalización, pues hoy en día los contenidos de calidad no están circunscritos a ninguna ubicación geográfica, sino que pueden distribuirse por los canales apropiados, por todo el mundo.

Ocurre que el audiovisual es industria, una industria que vehicula la cultura y el conocimiento, con una fuerte componente creativa, que con los derechos de autor puede generar importantes beneficios.

Una televisión motor de una industria audiovisual que genere contenidos para una sociedad sedienta de ellos, pues camina hacia una cultura del ocio, con mayor número de dispositivos electrónicos por habitante.

El concepto Industria Audiovisual es el que desde hace años, asociaciones y federaciones nacionales, tratamos de promover, demostrando su valor económico y social, más allá de la aportación meramente cultural. Un dato son los 14 puntos del PIB de las industrias del entretenimiento en EE UU, que se traducen en un 4% en nuestro país? y creciendo.

Por todo ello, al nuevo Ejecutivo regional se le presenta una oportunidad de trasladar la televisión de la columna de gasto a la columna de inversión, a partir de la integración de la televisión con las nuevas tecnologías y unificando un sector audiovisual disperso y atomizado para agregarlo a empresas transversales, tecnológicas y creativas.

Decía Alan siempre al empezar una jornada de edición y montaje: «Let's make every frame breath life and express delight» ?es decir, hagamos que cada fotograma respire vida y exprese satisfacción.Así sea.