«El milenarismo va a ´llegaaaarrh´». Esta es, quizá, una de las más famosas y a la vez desafortunadas frases de la televisión española. El dramaturgo, cineasta, poeta y filósofo Fernando Arrabal intervino con más de una copa de chinchón en el cuerpo en un espacio de debate conducido por Fernando Sánchez Dragó. Muchos lo recuerdan: todavía aparece en esos programas de zapeo, desmoronado sobre una mesa, con un jersey amarillo y el pelo alborotado, repitiendo una y otra vez la misma frase para poner voz, decía, «a la minoría silenciosa». Es terrible que la inmensa obra de Arrabal haya quedado reducida, para la mayor parte de la sociedad española, a ese momento. Más de cincuenta trabajos, entre narrativa, cine, poesía..., se acumulan en el haber de este Genio -así, con mayúsculas- y, lamentablemente, quedarán ocultas por dos o tres torpezas y excentricidades cometidas quién sabe si incluso con el objetivo de provocar. Tal vez a él no le importe ser un ´raro´: en su obra está su legado intelectual. El que tenga ojos para ver, que vea, y el que insista en repetir con voz nasal que «el milenarismo va a ´llegaaaarrh´», que lo haga. Para que luego digan que los intelectuales son aburridos y para minorías.