Hay un pasaje bíblico de la Carta del apóstol Santiago que dice que «la fe sin obras está muerta por dentro», y esto se podría aplicar perfectamente a los ideales y se diría: los ideales sin obras están muertos por dentro. Tal vez nos encontremos en un momento histórico en que se cuestionen los propios ideales, que siempre se han entendido como algo positivo y constructivo para la humanidad desde la dignidad, y se haya asumido que éstos son algo irrealizable en nuestro mundo, pero que nos gustaría que se dieran, porque entendemos que es lo mejor para la vida, para una buena vida, para que cada persona tenga una vida decente y sin amenazas. Los ideales se van construyendo a través de acciones, de obras, lo que nos falta es decisión para hacer realidad esos ideales. Cuestión de voluntad, aunque sea difícil.