Decía esta misma semana Jorge Valdano, exjugador de fútbol, que es muy complicado hacer razonar a la pasión; y que cuando las emociones hacen su acto de aparición es difícil aplacarlas; con motivo de los pitos sufridos últimamente por el jugador de la Selección Española, Gerard Piqué.

¿Podemos hacer reflexionar nuestra pasión? La respuesta es afirmativa, siempre y cuando pongamos en acción esas herramientas que nos permiten equilibrar una efusividad o entusiasmo fuera de control y llevarlos al nivel de poderlos gestionar.

Habría que diferenciar la pasión basada en el sentimiento de interés por algo y la pasión llevada a los extremos. Siempre será más sencillo razonar, mientras nuestras emociones no se desborden.

¿Es mejor desatar la pasión y vivir entre impulsos o esquivar los altibajos acaecidos por aquello que nos rodea, y controlar con mesura el aspecto emocional en nuestra vida? Yo no tengo mi respuesta; tú debes encontrar la tuya. Cada persona debería saber qué tipo de vida quiere o necesita llevar para seguir o cambiar los aspectos que cada uno puede controlar.

¿Cómo vives ahora? ¿Cómo quieres vivir? ¿Te dejas llevar fácilmente por los arrebatos? ¿Eres capaz de controlar aquello que sabes que no es bueno para ti? ¿Le das demasiadas vueltas a tu cabeza cuando tienes que tomar alguna decisión importante?

Pienso que la pasión es un ingrediente clave para poner en el menú de nuestra vida, ya que sin ella iríamos sonámbulos,s sin sentir, sin saber qué hacer o cómo actuar en situaciones problemáticas. Es un sentimiento que ponemos encima de la mesa para afrontar aquello que queremos, «poner la carne en el asador». Sin embargo, como todos los ingredientes a la hora de concebir un gran plato, tenemos que echarlos en su justa medida, si nos pasamos, lo cocinado ya no quedará con el mismo sabor, y terminará por no gustarnos.

Acompáñate de la pasión para realizar un camino pleno; no dejes que ella te marque los pasos, ya que, como hemos dicho, puede llegar a ser peligroso si te domina; y nunca te quedes sin ella, serás un caminante sin alma.