El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aún cree que puede ganarse a los funcionarios devolviéndoles la extra de Navidad que suprimió en 2012 a los empleados públicos de todas las administraciones. Raro es el día que no aparece alguna noticia sobre el 26% de la paga eliminada que va a recuperar la plantilla del Estado. Sin embargo, lo único que está consiguiendo es poner en pie de guerra al personal de la Comunidad Autónoma y de los ayuntamientos que no tienen dinero. Puede que el PP crea haber medido los réditos electorales de la jugada -que cuesta 252 millones-, pero no ha calibrado el malestar añadido que genera este tipo de provocaciones en comunidades con una financiación autonómica deficiente, como Murcia. El problema es que ha enfrentado a los consejeros de Hacienda con los sindicatos y ha creado un conflicto que no existía. ¿Habrá pensado Montoro qué impacto tendrá esta medida en Cataluña justo ahora?