En tiempo de crisis, o mejor, en tiempos de salida de crisis, el buen gobierno es el que mejor sabe priorizar sus gastos en atención a la escasez de recursos. A todo buen Gobierno, si lo demuestra, hay que darle confianza. Si los datos objetivos „los que no se someten a emoción distorsionante alguna„ son favorables, hay que continuar apoyando a ese Gobierno porque a todos conviene. Sí, reconozco que frente a los casos de corrupción no me queda otro remedio que ponerme ´de perfil´, aunque, seguro, cada día resulta más perfeccionado su control. La presentación de los Presupuestos Generales para 2016 no es sino la responsable acción que fija el itinerario a seguir. De que se siga o no, dependerá nuestro futuro.