Un día, al caer la tarde, cuando atravesaba un concurrido parque de regreso a casa, llamó mi atención por su estrambótico corte de pelo un niño de ´color´ que caminaba delante de mí. En un momento dado, se detuvo, volvió la cabeza y me preguntó: «¿Has visto por ahí atrás a una niña ´negra´ de mi edad? Es mi hermana». Me hizo gracia la naturalidad y la precisión con la que se expresó ´niña negra´, a la vez que me hizo reflexionar sobre lo racista (o lo imbécil) que en realidad soy al intentar comportarme de manera políticamente correcta con el lenguaje: ´niño de color´.