Y un verano más, después de meses marcada en el calendario, la Feria de Málaga acabó. Llegan rumores de que la Región de Murcia se vació estos últimos diez días para inundar la capital de la Costa del Sol: Molina de Segura, La Raya, Los Dolores, Cartagena, Albudeite... hasta la Ermita de Burgos se quedaba desierta para arramblar en una ciudad andaluza que se engalanó para recibirnos. En Málaga, por un momento, el típico ´illo´ dejó de sonar y fue sustituido por un ´acho´ que retumbaba por las calles (de hecho, hasta se pudo ver a algún huertanico). Y ese cartojal fresquito, vino dulce típico de esta tierra andaluza, se bebía como nuestra Estrella de Levante. Despedidas de soltero/a, grupos enormes de amigos, autobuses completos... en Andalucía se hermanaron dos comunidades vecinas, y como anfitriones que fueron, el trato fue exquisito. Gracias por los espetos, las tapas, las ´charangas´ y pasacalles, el ambiente vivido, y sobre todo, por el arte y un viaje inolvidable del que nos hicisteis disfrutar. ¡Que viva Málaga, que viva su Feria! Pd: el año que viene, volveremos...