Vivimos en un mundo alarmista, más que violento. Resulta que, a pesar de tantos sucesos criminales como leemos en la prensa y vemos en la tele, según las estadísticas, hoy el mundo es un 90% menos violento que hace un par de siglos, cuando aparentemente la vida era mucho más tranquila e idílica. Eso me recuerda a algo que leí hace unos años: cuando a pesar de la violencia terrorista que se vivía en el País Vasco, de los atracos y tiroteos que se producían en Barcelona, Madrid y otras grandes ciudades, de las continuas noticias sobre asesinatos domésticos ocurridos por toda España€, el lugar donde un ciudadano tenía más posibilidades de morir asesinado era en ¡Murcia€! Y yo por aquí, tan tranquilo.