Para que la globalización del neoliberalismo salvaje, con apariencia falsa de rostro humano y con la mentira de buscar el bien de la gente, tenga éxito en crear estructuras sociales y económicas estables y permanentes en todos los rincones del mundo, es decir, para consolidar que exista una minoría, una élite económica y financiera y política que acaparen casi la totalidad de las riquezas (99%), en contraposición al resto de la gente, que se deben conformar con las migajas que dejen y que se peleen entre ellos para conseguir alguna migaja, debe lograr la invisibilidad de todo aquello y aquél que lo impida, incluso, lo dificulte. No se trata de ocultar, que también se da, sino de hacer que la injusticia, la opresión y la explotación la tengamos al lado y no la veamos y no produzca un rechazo social, que se podría traducir en una movilización de miles de personas. Voy a poner un ejemplo reciente con el mal llamado tercer rescate a Grecia, habría que llamarlo tercera condena a los griegos, y que según los medios de comunicación consiste en aportar 86.000 millones de euros a los bancos griegos, de los cuales España aportaría 10.150 millones de euros, y una medida condicionante para esta aportación ha sido la privatización de 14 aeropuertos griegos durante 40 años a una empresa alemana por un importe de 1.230 millones de euros. ¿Dónde estaría aquí la invisibilidad? Estaría en no hacer las divisiones pertinentes en cuanto a la cesión. Habría que dividir 1.230 millones entre 40 años y nos sale casi a 31 millones de euros al año, pero son 14 aeropuertos, si dividimos nos sale 2 millones de euros por cada uno. Es un expolio y un saqueo si se ofrece la noticia desglosada. La aportación española no va a los griegos, va a los bancos de Grecia para pagar sus deudas con los bancos alemanes y en menor medida franceses; los griegos asumirán esto bajándoles las pensiones, los sueldos, la sanidad, subiéndoles el IVA...Así se invisibiliza la humillación y el machacar al pueblo griego para enriquecerse los mismos de siempre.

Se trata de invisibilizar la pobreza, el paro, la precariedad, la destrucción del medio ambiente, los desahucios...Hay gente que me pregunta si ya no hay desahucios, y a veces oigo la afirmación de que «ya no hay desahucios», cuando siguen habiendo muchísimos desahucios y se siguen abriendo demandas de desahucios. ¿Cómo han logrado los banqueros esta sensación cuando el drama de las familias que van a perder su vivienda es muy elevado? Pues negociando con la Plataformas de Afectados por la Hipoteca cada vez que aparecemos y acosar a las familias de tal manera para que se vayan de sus viviendas poniendo el acento en el miedo y la vergüenza social. Las familias no aguantan ese acoso atroz y despiadado, y después algunos se rasgan las vestiduras con los escraches a los políticos ¡cuánta hipocresía y cinismo!, y abandonan sus viviendas, sus hogares y siempre les va a perseguir la deuda que les queda. Pero, como las plataformas siguen luchando y visualizando este dolor, el Gobierno de Mariano Rajoy aprueba la Ley Mordaza y realiza una reforma del Código Penal para evitar estas movilizaciones, es decir, para invisibilizar el drama de los desahucios. Cada vez más entiendo el cabreo de los directores de las sucursales bancarias cuando ponemos pegatinas en los cristales exteriores, porque ofrecemos la imagen que son y es que no tienen corazón y nos tratan como mercancía con la complicidad de muchos políticos. Seguiremos poniendo pegatinas, para visualizar lo que son el dolor que provocan con su avaricia y ambición.

Tenemos también el ejemplo del paro, las contrataciones precarias y las prestaciones sociales, donde se intenta de nuevo invisibilizar, poniendo el acento en una palabra con gancho publicitario como es el de «recuperación». Conozco amigos y amigas a los que se les ha contratado por muy pocas horas, echando tiempo sin límite, con un sueldo que ni siquiera puede llamarse sueldo, sino propina y con un trato vejatorio y amenazante. Me decía hace poco una amiga, que encontró un trabajo en estas condiciones, que está más frustrada y desengañada de todo desde que trabaja porque no puede vivir ni le dejan vivir, que ya no confía en nada ni en nadie. Le dije que eso es lo que quieren los neoliberales, que entremos en un proceso de depresión, desánimo y desmovilización y que tristemente lo están consiguiendo, aunque se abren nuevos caminos de esperanza. En este sentido, no se dice que hay un millón de familias sin ningún tipo de ayudas, que los salarios han bajado de tal manera que no dan para llegar a final de mes, que la pobreza es cada vez mayor, que surge una nueva clase social como son ´los trabajadores pobres´, la cobertura por desempleo ha bajado y así más realidades.

No es de extrañar que las grandes empresas multinacionales, incluidos los grandes bancos, compren medios de comunicación que están arruinados, sabiendo que son medios que van a seguir siendo deficitarios, pero les interesa comprarlos para controlar y dominar a la opinión pública con esta estrategia de globalizar la invisibilidad de todo aquello que inquiete el seguir acaparando riquezas por esa élite social, económica y política.

¿Ante esta estrategia, qué podemos hacer nosotros? Intentar concienciar diciendo cómo funciona nuestro mundo, porque las cosas no son al azar, sino vienen muy bien diseñadas, porque el libre mercado es la economía mejor planificada y diseñada conocida hasta ahora, esto también se invisibiliza. Hay que concienciar y sensibilizar abiertamente para hacer pensar y reflexionar y después cada uno que elija el camino en su vida que quiera. Para ser libre hay que saber en qué mundo estamos y lo que pretenden de nosotros. Yo quiero amar y luchar, luchar y amar porque me gustaría que cada uno de nosotros tuviéramos ese derechos a tener muchos momentos de felicidad. No quiero vivir resignado, obediente y sumiso. No quiero invisibilizarme.