A pique de entrar, una vez más, en el siniestro laberinto de la escasez de agua, invoco a la Hidráulica, con sus determinaciones más allá del calendario, a fin de que se compadezca, de nuevo, de quienes habitamos estas tierras resecas. Al tiempo, pido comprensión de todos acerca de nuestras limitaciones por razón de clima adverso. Comprensión, sobre todo, para entender de una vez por todas que los campos de golf -los de Murcia y los de toda la plural España- en su conjunto, no se sirven de más allá del 0,2 % de lo que la Hidráulica española es capaz de regular. Esto es así, decir lo contrario es incurrir en franca deslealtad.