El Diccionario de la RAE establece entre otras las siguientes acepciones de la palabra desaguisado. A saber: Hecho contra la ley o la razón.

Inconveniente, injusto, contrario a la razón. Agravio, denuesto, acción descomedida. Destrozo desafuero. Podemos decir que cualquiera de estas acepciones puede aplicarse a la resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia en el expediente incoado a la Asociación Española de Empresarios de Transporte bajo Temperatura Dirigida, ATFRIE, y una docena de empresas de transporte frigorífico a las que ha sancionado con 8,8 millones de euros por prácticas anticompetitivas. Esto es, la CNMC, a mi juicio, ha actuado desaguisadamente, o lo que es lo mismo, de manera inconveniente, sin razón ni justicia.

Si la CNMC, abiertas las investigaciones, se hubiese preocupado de ver cómo funciona el sector de transportes de mercancías por carretera, hubiese recurrido a fuentes oficiales como los distintos observatorios publicados por el Ministerio de Fomento, se hubiese apercibido de que este sector es un sector muy atomizado con un elevado número de empresas de pequeña dimensión, donde la competencia es feroz, el principal problema es la incapacidad existente para poder repercutir los incrementos de costes en el precio del transporte, y cuya mayor debilidad es su posición frente al cliente y la escasa capacidad de negociación con el mismo -por eso de que siempre habrá otro transportista que lo haga más barato- la CNMC no habría visto conducta reprobable en las empresas investigadas, sino un modo de tratar de defenderse de los comportamientos abusivos de los cargadores.

Cómo si no se explica que el sector esté demandando continuamente una cláusula obligatoria que permita adaptar el precio del transporte pactado en función del precio del gasóleo. O la obligatoriedad del pago a treinta días. O el ejercicio de la acción directa contra el cargador principal y demás intervinientes en la cadena de transporte por parte del transportista efectivo. La oposición a los ´tenders´ o al incremento de pesos y dimensiones, son demandas dirigidas a que un sector debilitado por la inmensa competencia existente, pueda alcanzar un mínimo de rentabilidad. Por cierto, este es otro dato que debería haber considerado la CNMC y hubiera advertido que, históricamente los precios del transporte crecen siempre por debajo de los costes. También, si la CNMC se hubiese preocupado de investigar el sector, se hubiera dado cuenta del fraude de las falsas cooperativas o de las empresas buzón, consecuencia de la falta de rentabilidad de las empresas de transporte, que deciden saltarse la ley para poder competir en mejores condiciones. Esto es revelador de que el sector no funciona correctamente. Y, por cierto, ¿qué está haciendo la CNMC con estas empresas?

Desde el Ministerio de Fomento, conociendo la estructura del sector, se anima a la concentración de empresas con el fin de hacerlas más competitivas. De hecho, la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres en su artículo 60 establece que la Administración promoverá la agrupación y cooperación entre sí de los pequeños y medianos empresarios de transporte, protegiendo el establecimiento de fórmulas de colaboración y especialmente de cooperativas, refiriéndose el artículo 61, 3 a las sociedades de comercialización. ¿Cómo puede al mismo tiempo incentivarse desde el Estado la agrupación de empresas de transporte, estableciéndolo en una Ley y por otra parte castigar este tipo de iniciativas considerándolas prácticas anticompetitivas? Evidentemente, hay algo que falla. En España existen más de 61.000 empresas de transporte de mercancías con vehículos pesados según el registro oficial. Solo en Murcia hay más de 1.000 empresas de transporte de mercancías en frigoríficos. Es de suponer que en toda España la cifra pueda ser diez veces mayor. Entonces ¿cómo puede pretender la CNMC que doce empresas de transporte frigorífico puedan formar un cártel para controlar los precios del mercado a nivel nacional? Quizás de lo único que se pueda acusar a ATFRIE es de torpeza a la hora de plantear un asunto como éste, pero la actitud de la CNMC es un verdadero desaguisado.