Apartada de la escena pública mientras se resolvía en los juzgados una demanda presentada contra ella por prevaricación y malversación, nadie podía creer que se retiraba definitivamente. Es una joven volcada con los medios de comunicación que serán los primeros en no permitir que se pierda esta estrella emergente de carita angelical. Ahora que la juez de Arganda ha archivado el caso (parece que formar parte de tribunales que concedían sustanciosas subvenciones a su hermano es lógico y legal) se apresura a volver a escena e indudablemente rodará a las órdenes de Pablo Turrión, el despreciador se sus propios círculos que sólo busca el centro de su particular diana.