Si te pegas un día paseando por Nueva York cada dos horas tienes hambre. Pero hambre, hambre. Y eso es porque huele a comida recién hecha las veinticuatro horas del día. Huele a especias fritas por barrios. A bagels, a hot dogs, a kebabs y a cebolla con caramelo. Hay un aroma para cada manzana. Por aquí es más raro encontrarse puestos de comida callejera, quitando días de fiesta. Sólo reconocemos el olor de los pollos asados. Todo esto porque el otro día lo hablaba con un buen amigo, amante de la gastronomía murciana, sobre la moda del street food y los food truck, los camiones de moda que recorren España ofreciendo bocados exquisitos a buen precio. Montar una especie de Mercado de San Antón o Camden Town en plazas y calles del centro es algo que vamos a empezar a ver muy pronto. Y ya que tenemos bus turístico, podríamos tener puestecicos ambulantes de comida rápida murciana.

Un diseño molón, y pastelico de carne con cucurucho de olivas de Cieza a precio de menú de hamburguesería, en la zona centro y calles peatonales. Pero no nos quedemos con nuestro #pastelicodecarne que un cucurucho de verduricas a la plancha con salsa de pimentón o limoncico, y en dos días hemos superado a los fish and chips. La cosa sería que fueran los propios hosteleros los que pudieran acceder a esos carritos de street food murciana, y que por unos euros se pudiera comer rápido y a gusto en plazas y jardines, que cada vez hay menos tiempo para comer y eso de ponerse a pasar el medio día pasadas las 16.00 horas que se prohíba por decreto.

El último domingo de septiembre lo tengo apuntado en la agenda como cita de las imperdibles. Los amigos de la Finca Buenavista, que en todo lo que es comer bien saben lo que hacen, han montado un mercado de comida callejera, que bien podría ser el pistoletazo de salida para que Murcia se haga hueco rápido en esta fórmula, que ya lleva años en otras ciudades. Con lo que nos gusta comer al aire libre, y el número de días que podemos hacerlo, tenemos ventaja sobre el resto. Rin Ran food truck será una experiencia para empezar a valorar. Tampoco podemos obviar la apuestaza de Keki Chef con su Keki Street Food, un lujico en pleno centro que funciona y merece la pena. Imaginen el paseico por Belluga con el aromica clásico del pastel de carne recién horneado en el puesto, un carro huertano con el cazo de olivas y las estrellas fresquicas, y el sellico del restaurante madre, presidiendo. Si es que lo de la comida callejera es más Murcia que nadie.

¿No lo ven?

Vale.