Los hablantes vulgares no sólo inventamos términos para designar las cosas que solo existen en nuestro pequeño mundo, sino que a veces creamos vocablos y expresiones de carácter abstracto, enlaces o modificadores de frases, que empleamos en vez de las de uso común. Y eso es lo que hemos hecho con la locución adverbial al igual, que, apartándose del significado académico ´con igualdad´, se ha convertido en un adverbio de duda que expresa la falta de seguridad del que habla sobre lo que está diciendo, como podía hacerlo con quizá, tal vez, a lo mejor o posiblemente: «Yo al igual voy también a la boda», «Mi cuñado al igual está ya de vuelta». Pero no conformes con esta construcción, dimos un paso más y la fundimos en una sola palabra, anigual, que significa lo mismo: «Esta anigual no está ca su madre», «Las procesiones anigual no salen este año». Anigual estoy equivocado, pero me parece que anigual ustedes han oído o utilizado alguna vez estas expresiones. Si es así, cuídenlas y mímenlas porque, si no, al igual se nos imposibilitan y se nos mueren cualquier día.