odavía estamos aturdidos y un poco sobrecogidos por la potencia de esas imágenes de sacos de plástico azul llenos de tiras de papel recién destruido, a la puerta de los Ayuntamientos interinos. Pero es bastante urgente que empecemos a colocarlas en algún lugar de nuestro discurso, si no queremos quedarnos como solemos. A contrapié, me refiero. Como siempre.

La etapa de poder absoluto del Partido Popular ha supuesto una insólita excepción en nuestra historia política, y sin duda ha sido aprovechada al máximo en todas las Administraciones para imponer una agenda neoliberal, neoconservadora, neoetcétera. Neocateta, también. Neofeudal. Las grandes reformas y privatizaciones han avanzado hasta el borde mismo de la irreversibilidad, con la apisonadora de sus mayorías absolutas, de forma unilateral y al margen del debate público, que ha sido obviamente encarnizado. El objetivo se ha cumplido con la estrategia descubierta. El cambio de ciclo político previsto también impone otra estrategia. Esa estrategia ya ha sido redactada.

Filas de sacos azules esperan su turno para subir al camión, porque el poder de quienes redactaron esos documentos cambia ahora de estado, y pasa al soterramiento. Al entubamiento.

Como la hermosa acequia del Llano de Brujas (Benetúcer) que está a punto de desaparecer bajo los bulldózers de la Junta y que ya te avisamos, Sigifredo muchas murcianas vamos a defender. Como con la entrega apresurada de la base de Morón al ejército de Estados Unidos o las decenas de acuerdos firmados por Trías en su última semana en el Ajuntament, las últimas medidas 'en abierto' son aprobadas de urgencia estos días.

Y claro que el paso al plan (perdón) B se va a cobrar algunas víctimas cosméticas, con Barreiro abriendo la jubilación anticipada entre las filas más marrones del PP. Pero sin duda seguirán manejando su agenda de siempre, esta vez de una forma más oblicua, hasta mejor oportunidad.

Que puede que llegue a finales de noviembre. Porque (¿qué os creíais?) la derecha también tiene un plan C's.