El PP, que dominaba de una forma abrumadora las instituciones de la región, ha dado un importante salto atrás y retrocede significativamente: ha perdido la mayoría absoluta en la Asamblea Regional (11 de 33 diputados) y en 17 municipios de la región, incluido los cuatro más grandes (Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura), aunque la gana en uno nuevo (Yecla). Mantiene la mayoría absoluta en siete municipios (la tenía antes en 36) y la mayoría relativa en 22. Y empata con el PSOE en cuatro más. Pierde más de 146.000 votos respecto a 2011, una caída del 38%, la cuarta mayor del país. Ya no somos la región con más voto PP: cuatro comunidades nos superan. Su porcentaje de voto, el 37,39% en las regionales, representa el 23,89% del censo, esto es, menos de uno de cada cuatro murcianos censados vota PP.

El PSOE se mantiene como segunda fuerza política, y aunque pierde 4000 votos en las regionales, mejora levemente su porcentaje (del 23,88 al 23,96%), e incluso gana 3000 en las municipales, siendo la segunda de las regiones con menor retroceso. Su posición relativa mejora sin embargo bastante, pues gana dos diputados regionales, consigue mayoría absoluta en 6 municipios (la tenía en 3) y relativa en 10 (antes era sólo 1) y esto le da un juego y una visibilidad muy ampliada. En porcentaje de voto regional representa el 15,31% del censo (uno de cada 6,5 censados).

Los dos principales partidos representan ahora en la región el 61% del voto a nivel autonómico (en 2011 sumaban el 82,67%), y el 63% a nivel municipal (el 79,87% en 2011).

Por su parte Podemos irrumpe como tercera fuerza política, siendo la mayor novedad. Consigue 6 actas de diputado, con más de 83.000 votos, el 13,15% (el 8,40% de los censados). Mejora sustancialmente el resultado regional sobre las únicas elecciones anteriores en que se presentó, las europeas de 2014, donde consiguió en la región el 7,58% de los votos.

Ciudadanos aparece como segunda gran novedad, con 79.000 votos en las regionales, el 12,5% ( el 7.99% del censo), el mejor de todas las comunidades autónomas. Su progresión es además la mayor pues en las europeas su porcentaje en la región estaba en el 3,62%. Consigue 4 diputados y 64 concejales (tenía 1). Son decisivos en la Asamblea Regional y en 13 municipios, lo que le da una gran relevancia política.

IU pierde su presencia en la Asamblea Regional por vez primera en 32 años, al haber descendido a 30.500 votos, el 4,81% (el 3.07 del censo), lejos de su anterior resultado (2011) que fue de casi 51.000, el 7,83%. Pero obtiene un buen resultado en las municipales, con distintas fórmulas de presentación política, sola o en confluencia con otras fuerzas, lo que le da hasta 59 concejales (tenía 45).

UPyD queda fuera de todas las instituciones, con los peores resultados: algo más de 10.000 votos (en 2011 tuvo 30.000), apenas el 1,62% (el 1% del censo).

La movilización electoral ha sido reducida y desigual. La abstención ha crecido ligeramente en las autonómicas (un 34,78%, mayor en 1,22 puntos que en 2011) y algo más en las municipales (un 35,20%, superior en 2,78 puntos)

Si agrupamos en lo posible los resultados municipales intentando identificar su correspondencia con las fuerzas regionales, el resultado es que el PP y otras derechas suman el 37,9%, el PSOE el 25,4%, las candidaturas de izquierda y de unidad popular un 15,9%, las que se identifican con centro e independientes, el 13,5%, y los partidos locales e independientes el 5,8%. Si miramos los concejales obtenidos los mayores partidos están sobrerrepresentados: el PP tiene el 41,8%,(4 puntos por encima del resultado regional); el PSOE el 34%, (8,6 puntos por encima); las candidaturas de izquierdas 11,7% (4,2 puntos por debajo); las de centro (C´s y UPyD) el 8,4% (5 puntos por debajo); y los partidos independientes el 4,1% (un 1,7% por debajo).

Si agrupamos los resultados por grandes bloques ideológicos tenemos que la izquierda en las autonómicas (incluyendo PSOE, Podemos, IU) representa el 42,3% del voto, mientras el bloque central (C´s, UPyD) representaría el 17,9%, y el bloque de la derecha (PP, Vox) el 38,3%. La izquierda ha crecido 10 puntos porcentuales respecto a 2011, el centro ha aumentado en 10,8 puntos, mientras el bloque de la derecha baja 19,9 puntos.

LAS INTERPRETACIONES

Hay un cambio muy claro de ciclo político. El PP no ha logrado sus objetivos y pierde las mayorías absolutas de los últimos años. Murcia ya no es ese gran feudo conservador que ha sido. La derecha cede poder a otras fuerzas: la izquierda le arrebata una parte del poder municipal y se ve obligada a entenderse con Ciudadanos para preservar la mayor parte del que retiene. Una generación concreta de políticos profesionales de derechas, que viene de los años 90 (Valcárcel, Cámara, Barreiro, Cerdá, Bascuñana, etc.), ha terminado su recorrido político con un estruendoso fracaso y deja paso forzosamente a otras generaciones.

La corrupción, junto a los recortes, pasa al PP una dura factura. Por municipios se ve muy claro, con caídas muy importantes en los afectados por corrupción: Murcia („23 puntos porcentuales), Cartagena („30 puntos), Torre Pacheco („25 puntos), Fuente Alamo („19 puntos), Villanueva („22 puntos), etc., que se reduce en otros también afectados como Totana („13 puntos), o San Javier („11 puntos). Sin embargo hay algunas excepciones locales llamativas, como Librilla (el PP aumenta 6 puntos), o Aledo ( baja 4 puntos).

El PSOE se ha mantenido como principal partido de la oposición y de la izquierda. Podemos crece pero no amenaza al ´régimen´ y no hay ´asalto a los cielos´ murcianos. A la izquierda del PSOE hay un campo muy activado donde Podemos es al actor principal pero hay bastante diversidad y dispersión del voto que es castigada por la ley electoral.

A nivel municipal, los datos evidencian la distancia en los resultados conseguidos en nuestra región por las fuerzas políticas a la izquierda del PSOE, y lo ocurrido en las ciudades del resto del país donde se han articulado candidaturas ciudadanas, plurales y unitarias con un amplio apoyo de Podemos, IU, Equo y otras, donde han ganado las elecciones o están en disposición de gobernar los Ayuntamientos, sobrepasando en todos los casos al PSOE como fuerza principal de la izquierda (Barcelona, Madrid, A Coruña, Santiago, Zaragoza, Valencia...), y que han supuesto la novedad más trascendente en estas elecciones. La división en múltiples e improvisadas candidaturas ha provocado la dispersión del voto, y no ha movilizado la ilusión por el cambio en sectores amplios de la ciudadanía como ha ocurrido en otras ciudades.

Un claro ejemplo es lo ocurrido en Cartagena, con tres candidaturas (Cartagena Sí se Puede, IU+Spct, y Equo), que sumando en conjunto un 17,5%, de los votos, emparejados prácticamente con la segunda fuerza, el PSOE, sólo obtienen 3 de los 27 concejales por Cartagena Sí se Puede, mientras quedan sin representación municipal el 6,10% de los votantes que optó por IU+SPCT y Equo. De haber sumado sus votos en una única candidatura habrían obtenido al menos 5 concejales y el PP y el PSOE uno menos cada uno. De esta panorama de división sólo se salva, en la región el caso de Santomera, donde Alternativa por Santomera casi ha duplicado sus votos hasta alcanzar un 20,6%, pasando de 1 concejal a 4 y quedando en disposición de un acuerdo con el PSOE que permita un gobierno municipal alternativo al del PP.

El monopartidismo existente en nuestra región durante veinte años deja paso a un pluripartidismo limitado, con cuatro fuerzas principales, aunque se hace más complejo en la esfera municipal. Podemos, como Ciudadanos, quedan en la posición propia de los partidos complementarios, y UPyD prácticamente fagocitada por el empuje de Ciudadanos.

Si se modifica la ley electoral regional, tal y como se comprometieron a hacer los partidos que ahora tienen mayoría en el Parlamento murciano, la situación puede cambiar aún más en el futuro. Con los resultados actuales y una ley modificada (una única circunscripción) el PP hubiera obtenido 19 escaños, el PSOE 12, Podemos mantendría sus 6, Ciudadanos subiría 2 (hasta 6) e IU (Ganar la Región) tendría 2.

Si con la ley actual las fuerzas del cambio a la izquierda del PSOE se hubiesen presentado unidas habrían obtenido 7 escaños (uno más que Podemos ahora, que perdería el PP). Con los resultados del día 24 pero con circunscripción única y candidaturas regionales de confluencia, las diferencias serían muy superiores, puesto que el PP pasaría de 22 a 18 diputados; el PSOE de 13 a 12; la candidatura unitaria pasaría de los 6 de Podemos a 9 diputados; Ciudadanos tendría seis. Todavía un resultado insuficiente para un Gobierno alternativo al del PP, pero ya muy ajustado. Con los resultados reales lo previsible es que allí donde Ciudadanos tiene la llave para permitir Gobiernos del PP acabará permitiéndolos. Y allí donde la izquierda, incluido el PSOE, tiene mayoría, el PP saldrá del Gobierno. En consecuencia, tanto en el Gobierno de la Comunidad Autónoma como en el de Murcia, Molina de Segura o Lorca, entre otros, el PP gobernará de nuevo, con Ciudadanos previsiblemente fuera del Gobierno al menos hasta las generales. Algo similar, pero más incierto, puede pasar en Cartagena, sólo que con MC en lugar de Ciudadanos.

Los poderes económicos, las élites regionales que tienen fuertes intereses comprometidos ya respiran tranquilas: casi todo está en orden. Sólo se pueden inquietar ligeramente por sus intereses en las localidades donde el PSOE gobernará con el permiso de IU o las candidaturas de unidad popular, previsiblemente desde fuera del Gobierno, salvo casos muy concretos (Totana, puede que Librilla, y alguna localidad del Noroeste). Nada muy grave.

El cambio se ha producido, pero es insuficiente. Vuelve la normalidad, el famoso BAU (business as usual, los negocios como de costumbre). Esto pasa por una sencilla razón: las organizaciones políticas que pretenden un cambio sustancial en el modelo de desarrollo de nuestra región y en las políticas municipales no son mayoritarias en buena parte de los municipios de la región, y las fuerzas a la izquierda del PSOE no son decisivas más que en algunos contados municipios, y siempre supeditadas a este partido como fuerza mayoritaria, lejos de lo que ha ocurrido en otras Comunidades autónomas y ciudades importantes del país.