Estamos en un mes de romerías. Mucha gente va de acá para allá y no precisamente a un santuario. El peregrinaje de políticos y partidarios por diferentes ciudades de España, puede que no despierte mucha devoción, visto lo visto, la penitencia se ajusta como un guante a las faltas cometidas por los corruptos de cada partido. Unos a otros se tiran piedras en forma de acusación, llegando las descalificaciones al límite de lo políticamente correcto. La pregunta que nos hacemos es si realmente todos están libres del pecado de la corrupción. La respuesta, celosamente guardada en las urnas de las próximas elecciones. Será, será? ¡Dios nos pille confesados!...

Mientras, prefiero contemplar el colorido de las flores que tan generosamente nos regala la naturaleza cada mes de mayo y disfrutar de las auténticas romerías. Peregrinaciones populares y festivas a alguna ermita o santuario de La Virgen en señaladas ocasiones, con algarabía de bailes y canciones, oraciones a voz en grito, con aplausos y vítores. Familias enteras, amigos y peñas, recogen en viandas y vestimenta lo típico de la romería de cada lugar. Folclore. La Patrona de cada ciudad es agasajada según costumbre. Mayo se ha convertido en el mes de La Virgen. Con flores a porfía, con flores a María. Rosarios de Avemarías rezadas, engarzadas con la ilusión, inocencia y alegría de la gente menuda de los colegios; rosarios rezados con el rubor y fervor de los adolescentes; avemarías de familias enteras. Misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos, contemplados con la novedad de la fe, la seguridad de la esperanza y la verdad e ilusión del amor. Porque los enamorados no se cansan de repetir lo mismo una y otra vez. Y, una y otra vez los misterios del Rosario, alumbran y deslumbran por caminos de fe. Romerías.

Es mucha la gente que va a los santuarios a ver a su Virgen para contarle no sé qué cosas, y decirle otras. Es un mirarla y sonreír. Es un rezarle y confiar. Y venga que encender velas y hacerle fotografías sin parar. ¿Acaso hay alguien que todavía no tiene móvil y whatsapp?

Timbres, músicas y vibraciones. Cuentas de innumerables rosarios de gentes que quieren querer más. Oraciones que antes de subir al cielo pasan por el camarín de la Virgen que siempre es consuelo. Mayo, tiempo de romerías. Venid y vamos todos. Con flores y oraciones, con dudas y frustraciones, convencidos o dudosos. Quizás expectantes. No importa. Mayo, mes de María y nuestro. Flores para una Virgen que siempre espera. Es Madre, sí, con mayúsculas. Romerías. Alegría.