¿Sabíamos que el Mediterráneo es la frontera entre el continente más pobre de la Tierra (polo -) y el más rico (polo +)? ¿Sabíamos que una chispa salta, de modo inexorable, entre dos polos próximos y cargados de fuerza de distinto signo? ¿Era ya constante, desde hace mucho, el chisporroteo mortal entre esos polos? ¿Habíamos hecho algo realmente serio para tratar de que la fuerza de los polos fuera tendiendo poco a poco al equilibrio? ¿Era inteligente pensar que de la desolación y muerte que dejan detrás las bombas usadas para destruir un enemigo odioso (como en Libia) surgiese un país democrático, en paz y en orden? ¿Tiene algo que ver con los valores que Europa predica el que, cuando llega la crisis económica, sus naciones reduzcan los presupuestos para cooperación en porcentaje todavía mayor que el de la propia recesión? Ahora llegan los llantos, lágrimas de cocodrilo.