¿Se imaginan que les dieran 107 días de vacaciones? Pagadas, claro. ¿O que un médico les dijera que le quedan 107 días de vida? ¿Qué harían? La cantidad de jornadas por las que les pregunto no está elegida al azar. Ese es el tiempo que pierden a lo largo de su vida las mujeres rebuscando en el bolso. Escuché este resultado de no se qué estudio en la radio. Una de las locutoras dijo que le parecía poco tiempo, que ella considera que son más. Lo comentó entre risas, pero parecía decirlo bastante en serio. Después, incluyeron entre los rebuscadores en bolsos a los hombres que lo llevan. Y pensé que yo soy uno de ellos. Admito que voy más cómodo sin él, pero me rendí a colgármelo del hombro porque me faltaba sitio en los bolsillos para meter mis imprescindibles gafas de sol , la cartera, el teléfono móvil y las llaves. Suelo llevar pocas cosas y bastantes ordenadas, pero, a veces, se convierte en ese pozo sin fondo donde cabe todo y en el que cuesta encontrar lo que buscas. Pensé, entonces, en lo que he vivido en los últimos 107 días y decidí que por nada del mundo querría perdérmelos. Seguiré con mi bolso, pero haré lo imposible por perder menos el tiempo. Quizá sea porque hace poco que pasé la barrera de los 40. Carpe diem.