Cuando parecía insuperable el fanatismo religioso y la barbarie de Al Qaeda o los talibanes, surge el Estado Islámico, que quema en jaulas a los proscritos. Esto no probaría una particular piromanía del Islam, sino que es una religión más joven que la nuestra (unos seis siglos), y le pasa lo que a todas cuando cumplen catorce o quince siglos, que se vuelven rabiosas, como los adolescentes a su misma edad contada en años.

En España, con esa edad, la fe cristiana tuvo un momento de esplendor pirómano en los autos de fe. Como no tiene fecha clara de nacimiento es difícil verificar si esta ley se cumple en el judaísmo, la otra religión del libro y tronco del que vienen sus hermanas pequeñas. El caso es que aún no se ha inventado una religión verdadera en la que los guardianes no lleven espada flamígera. Quizás sin la prueba del fuego no sean tomadas en serio, y se hagan verdaderas.