Radio ECCA tiene cincuenta años y es un caso atípico entre los medios de comunicación. Si todos ellos tienen como referentes principales la información, la formación y el entretenimiento, Radio ECCA se crea y decide, un 15 de febrero de 1965, utilizar la tecnología de esa época para formar a los más desfavorecidos. Y en las Islas Canarias, las ondas hertzianas iniciaron esa hermosa actividad introduciéndose por los rincones del Archipiélago para enseñar a leer y escribir a mujeres y hombres que integraban la bolsa casi interminable de analfabetismo que recorría España y que obligó al entonces ministerio de Educación a lanzar una campaña para erradicar esa lacra.

Fue un jesuita, Francisco Villén, el que desembarcó en las Islas con la revolucionaria idea de poner en marcha una emisora de radio entregada a la docencia. Nadie apostaba por aquel proyecto: enseñar a través de las ondas resultaba algo quimérico. Sin embargo, esa idea (aunque pionera en Europa) no era nueva. Partía del modelo ofrecido por la emisora colombiana Radio Sutatenza, que daba clases a los más desfavorecidos sirviéndose de una serie de guiones radiofónicos.

Pero algo fallaba allí, porque se producían muchos abandonos de aquellos agricultores que trabajaban de sol a sol y se dedujo que el problema era que estaban desasistidos. El fundador de la institución canaria rediseñó aquel proyecto e ideó el sistema tridimensional de ECCA, con tres elementos imprescindibles: la radio, unos esquemas para seguir las explicaciones, y el profesor orientador, este último nexo de unión entre el alumnado y la emisora.

Los comienzos fueron duros; los medios económicos fueron aportados por la Marquesa de Arucas y por un grupo de incondicionales llamados Socios Accionistas de Dios. También los recursos humanos eran escasos. Sólo se contaba con un grupo de cinco maestros. Pero el milagro llegó. Y si el objetivo era añcanzar en los primeros tres años a unas 3.000 personas, resulta que en los doce meses siguientes se rozó esa cifra y antes de los tres años Radio ECCA atendía a más de 13.000 personas. Su andadura prosiguió, consolidándose en todas las islas y dando el salto en una segunda fase a la península, a Sudamérica y a algunos países de África.

Murcia no quiso dar la espalda a esa extraña forma de enseñar y en 1974 el ministerio de Educación, los jesuitas y la COPE inician la experiencia, (embrión de lo que más tarde sería la Educación de Adultos en nuestra Región), para lo cual designa a funcionarios docentes, a Maria Victoria Zafra, Maribel, Amparo Semitiel, Antonio González, Pedro Caballero, encabezados por el primer director, Antonio Alcaraz, para esa tarea. Aquellos pioneros de la radio que enseña en Murcia se dividieron la Región para difundir las bondades de este sistema que permitía a través de la radio obtener el ansiado título de Graduado Escolar. De eso hace 41 años, cuando en la buhardilla de Radio Popular en el Arco de Santo Domingo, en el edificio de los jesuitas, cada noche las voces amigas de los profesores se dirigían a los alumnos para generar ese proceso de enseñanza-aprendizaje.

Pero la demanda de formación era grande y mayor la necesidad. En 1984, una carta al entonces director general de Cajamurcia, Carlos Egea, con la información demoledora de que 300.000 murcianas y murcianos eran analfabetos, sensibilizó al actual presidente del BMN y desde su cargo y con un gran sentido de la responsabilidad hacia los habitantes de esta Región, respondió prestando su apoyo personal e institucional a la emisora cultural, cediéndole unos locales céntricos en la calle Manresa de Murcia y una subvención económica anual.

Fue el gran empujón para acoger no sólo la enseñanza reglada, sino que permitió también apostar por proyectos como el de Educación para la Salud, que lideró el desaparecido consejero de Sanidad José María Morales Meseguer con la profesora Elvira Ramos y un equipo médico, comprometiendo a las emisoras de radio para participar en la campaña de formar a la población murciana en la adquisición de hábitos saludables. Miles de murcianos se conectaron a aquella iniciativa. Y a otras€ como el actual de Mujer Avanza, subvencionado por el Fondo Social Europeo y el IMAS, que permite que más del 50% de mujeres maltratadas que acuden a sus servicios, encuentren un empleo, o anteriormente, la atención a inmigrantes, a los que se siguen atendiendo. Así hasta llegar a más de 45.000 mil murcianos y alicantinos durante todos estos años y a más de dos millones y medio de personas en tres continentes.

Los tiempos cambian y las nuevas necesidades formativas también. Nuevas realidades a las que hace frente Radio ECCA a lo largo de su existencia. Afirma el director general de la Fundación, el jesuita Lucas López, que «el sueño de ECCA es llevar la mejor formación posible a todos y a todas y prioritariamente a quienes más necesidades culturales tienen. Nos afirmamos „continúa Lucas López„ en unas raíces que nos vuelcan a la alfabetización y a la educación básica. Pero también abordamos las nuevas necesidades de formación vinculadas a las tecnologías, las demandas específicas de la formación laboral actual, los valores sociales democráticos y participativos, la cultura de la igualdad de géneros€ y no menos importante el fomento del diálogo intercultural e interreligioso que exige la realidad de nuestro mundo globalizado».

Los cincuenta años de la vida de Radio ECCA no habría sido posible de no contar con el apoyo institucional de todas las Administraciones, la ayuda de cajas y entidades bancarias, empresas, y, por supuesto, la confianza de los millones de alumnos que alguna vez se engancharon a este sistema que no manipula, enseña; no frivoliza, crea valores; no da la espalda a las nuevas realidades humanas como los inmigrantes sino que las acoge; no polemiza, reflexiona.