El municipio de Murcia necesita un freno de emergencia. La locomotora descontrolada de la especulación urbanística, el crédito fácil y la sobreexplotación del territorio, amenazan con arrollar definitivamente nuestra vida social, política y medio ambiental. Mientras una minoría de privilegiados, con la colaboración indudable de gobiernos municipales, autonómicos y estatales, sigue engordando su cuenta de beneficios, la mayoría de ciudadanos y ciudadanas, sufre la ruina económica, la precariedad, el desempleo y la pobreza.

El desarrollo del norte de Murcia con grandes centros comerciales conectados al centro urbano por amplias avenidas y vías rápidas de comunicación es hoy un paisaje semidesértico de inútiles solares, edificios vacíos y estructuras a medio construir. Bajo esos proyectos fracasados, por los que nadie responde ya, han quedado sepultadas inmensas porciones de la huerta murciana, así como de sus recursos tanto humanos como naturales. Han quedado sepultadas también las esperanzas de las pequeñas y medianas empresas locales, arruinadas por la competencia imbatible de las grandes superficies.

Al mismo tiempo en que se han dilapidado recursos públicos para beneficiar grandes intereses privados, todo el conjunto de servicios, en los que el Ayuntamiento tiene cierta responsabilidad, se degradan. Y también nuestra democracia municipal se ha visto seriamente dañada. Los plenos del Ayuntamiento apenas deciden nada. Se les ha vaciado de contenido y su capacidad decisoria sobre los asuntos que afectan a la ciudadanía es mínima.

Los alcaldes pedáneos impuestos a dedo por el alcalde, la imposibilidad de control ciudadano sobre las decisiones del Gobierno municipal, los indicios de grave corrupción vinculada al desarrollo urbanístico, las denuncias sobre procesos de selección de personal, los sucesivos resultados en la adjudicación de concursos o las privatizaciones de servicios nos presentan una gestión opaca que responde a los intereses privados, propios y de amigos, más que al interés público y a la transparencia democrática.

Murcia es uno de los municipios metropolitanos donde las fuerzas del cambio podrán comprobar las posibilidades de victoria de su propuesta política en las elecciones generales de 2015. Tras veinte años de dominio aplastante será una tarea titánica acabar con la hegemonía política, social y cultural que se ha ido generando en la ciudad a base de clientelismo, favores, corrupción y engaños. Es por esto que la batalla en Murcia por destronar al PP de sus mayorías absolutas adquiere especial relevancia.

Para conseguir este objetivo proponemos la formación de una candidatura municipal ciudadana, con un proceso abierto, participativo y colaborativo de toda la ciudadanía. Una forma de generar en el tejido social esa energía emocional característica de Podemos. Esta iniciativa debe servir de espacio político de confluencia con otras iniciativas ciudadanas y municipalistas ya existentes en Murcia, así como con la necesaria implicación de personas de reconocida trayectoria en la defensa de los derechos ciudadanos y vecinales. Una candidatura de unidad popular, elegida en primarias abiertas, con programa participativo y compromiso ético, con posibilidad de revocación. Sin banderas ni símbolos que ya significan muy poco.

La ilusión está en marcha. Es mucha la necesidad que tiene la gente de instituciones transparentes, de cargos públicos controlables y revocables, de decisiones políticas colectivas en base a procesos abiertos a la participación. Pero la urgencia del cambio no puede concretarse en decisiones precipitadas y es por lo que nos hemos tomado estos meses para definir la organización de Podemos.

Mi candidatura a la secretaría general de Podemos-Murcia con el equipo de Claro que Podemos se centra en la construcción de una organización que sea capaz de responder a las expectativas de la gente, ante los inmensos retos que se nos presentan y los ataques que seguro vendrán desde quienes ven peligrar sus intocables privilegios. Dotar a Podemos de sólidos cimientos, con personas capaces de llevar adelante este trabajo y órganos elegidos y controlados democráticamente es nuestro primer objetivo.

Queremos elaborar propuestas políticas realizables de transformación profunda de este modelo económico, social y político insostenible. Queremos convertir las ilusiones en realidad.