Gestionar el dinero de todos en época de crisis no es fácil, pero hay diferentes maneras de hacerlo, y el Gobierno de Rajoy ha optado una vez más por que el sacrificio lo hagamos la inmensa mayoría de los ciudadanos. Siguen metiendo la tijera incluso en los más elementales servicios públicos, mientras favorecen con nuevas rebajas fiscales a la cúspide económica.

La derecha gobierna para los muy ricos, está a su servicio. Cuando hay liquidez hacen cosas para todos, dan subvenciones, etc., pero el plumero se les ve cuando llegan las vacas flacas. Lo que a la derecha de verdad, de verdad, le importa, es que la clase social altísima no pierda ni uno de sus privilegios. Es decir, como hace más de cien años. Siento vergüenza ajena cuando suben el 0,25% las pensiones, como si pudieran estar orgullosos de que una paga de seiscientos euros suba un euro y medio al mes.