Veranos más largos con temperaturas más altas. Menos lluvias pero más torrenciales y catastróficas. ¿Les suena esto? ¿No parece que estoy hablando de Murcia?

Pues sí, así es. Y además resulta que justo estas circunstancias se corresponden con las predicciones de los modelos del cambio climático. Ya sé que esta estricta relación no es del todo científica, pero no me negarán que al menos es sugerente. El cambio climático no es ya un modelo o una hipótesis de la ciencia sino una realidad palpable en el aquí y el ahora.

Sequías más persistentes en el arco sur mediterráneo, problemas con los cultivos. ¿Le suena esto? ¿Me estoy refiriendo a Murcia?. Pues también. Esto ocurre entre nosotros porque ocurre y va a seguir ocurriendo como consecuencia del cambio climático.

Vamos a dejar de ser localistas. Canarias, verano de 2014, especies marinas de Cabo Verde detectadas por el cambio climático. Julio de 2014, tras años de estudio científicos alemanes confirman la reducción de la superficie marina helada en el Ártico y la tendencia a largo plazo de la pérdida de hielo. Junio de 2014, se publica un estudio que demuestra que la población de pingüinos emperador ya se está viendo dramáticamente mermada. Septiembre de 2014, la Organización Meteorológica Mundial certifica en su informe anual que el CO2, el gas que más contribuye al calentamiento global, alcanza ya un máximo histórico, casi un 150% superior a los años previos a la revolución industrial.

Agosto de 2014, se da a conocer que los panameños que viven en la isla de Gartí Sugdup han iniciado ya la evacuación hacia tierra firme.

Mayo de 2014, la Comisión Europea informa que los impactos negativos del cambio climático costarán como mínimo a la UE un 1,8% de su PIB en el último cuarto de este siglo, 190.000 millones de euros al año.

¿Es el cambio climático un escenario de ciencia ficción?. ¿Podemos considerar no suicida no hacer nada contra el cambio climático?

Nueva York, 21 de septiembre, un día histórico en el que 300.000 neoyorquinos y millones de ciudadanos de más de doscientas ciudades de todo el mundo, salen a la calle en la mayor movilización ambiental de la sociedad jamás producida.

Sede de las Naciones Unidas, también Nueva York, 23 de septiembre de 2014. Termina la cumbre del clima de los 120 jefes de Estado de todo el planeta con muchas y buenas palabras, alguna donación desde los países ricos, acuerdos mínimos suaves y flexibles y, eso sí, faltaba más, una nueva cita para la nueva cumbre de en París a finales de 2015 en la que, sin duda, en esta próxima reunión, aquí sí, seguro, mis queridos e ingenuos ciudadanos del mundo mundial, aquí , en esta próxima, va la vencida, no lo duden, los jefes de Estado aquí reunidos manifestamos solemnemente ante el mundo nuestro firme compromiso en alcanzar acuerdos altamente eficaces para detener el cambio climático.