La verdad es que estoy radiante de felicidad. Y es que tengo una alegría que no me cabe en el cuerpo. Resulta que, según hemos sabido esta semana, España recibió entre enero y agosto de este año la cifra récord „sí, cifra record„ de 45,4 millones de turistas extranjeros, lo que supone un crecimiento del 7,3% respecto al mismo periodo de 2013, según la encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur), difundida este lunes con júbilo por el ministerio de Industria, Energía y Turismo. Tan solo en agosto llegaron a nuestro país 9,1 millones de visitantes, el 8,8% más que en el mismo mes del año pasado, con lo que en este agosto también se alcanzó un máximo histórico. Me dirán si no es para estar contento.

Por si esto fuera poco, esta semana también hemos conocido que uno de cada cinco viviendas que se venden en España es adquirida por un extranjero. Así, la compraventa de vivienda libre por extranjeros experimentó un crecimiento del 11,9% en el segundo trimestre de este año 2014, hasta las 18.466 operaciones, según las estadísticas del Consejo General del Notariado, que muestran cómo los extranjeros no residentes continúan ganando peso y representan ya el 54,3% de las transacciones realizadas por foráneos.

Estos dos datos son realmente buenos, porque es un ejemplo de que se reactiva nuestra economía y eso siempre es positivo. Así, nuestro Gobierno ya podrá asegurar sin ruborizarse que las raíces no solo son vigorosas, sino que „como sigan creciendo tanto„ van a acabar rompiendo las aceras e inundando las calles y los contenedores de billetes. Sin embargo, yo „que tengo la insana costumbre de rebuscar entre la letra pequeña„, creo que ambas noticias son realmente preocupantes.

De una manera clara y sencilla, podemos afirmar que los extranjeros vienen a nuestro país de vacaciones porque hacer turismo en España es barato. Sí, hay muchos lugares hermosos que visitar y se come genial, pero sobre todo es barato. De igual manera, los extranjeros compran viviendas en España por dos razones principales; la primera, porque para ellos „con los sueldos que cobran„ la vivienda en España está tirada de precio y, en segundo lugar, porque es una buena manera de invertir y ganarse unos eurillos cuando regrese el boom inmobiliario, que „conociéndonos„ regresará. Si reflexionamos sobre lo anterior, podemos afirmar que en la mayoría de los países europeos los sueldos son infinitamente superiores a los que se cobran en nuestro país. También podemos afirmar que el ciudadano medio español no puede comprar pisos en Suiza, ni en Alemania, ni en Francia, y „en la mayoría de los casos„ ni siquiera en España, y que „además„ nuestros sueldos tampoco nos permiten viajar quince días al extranjero a todo tren, como hacen una gran mayoría de extranjeros cuando vienen a nuestro país.

Si juntamos todos estos datos, queda claro que ambas noticias „a pesar de lo que podría parecer en un principio- son nefastas para nosotros, ya que quieren decir que España es un país para disfrute de los extranjeros e imposible para los españoles. Somos tan pobres que al final „como hambrientos pedigüeños„, incluso tenemos que estar contentos por recibir de fuera unas miserables migajas.