En negrita y con mayúsculas, conteniéndome para no subrayar y utilizar unos signos de exclamación grandísimos (en este caso no quiero llamarlos de admiración para no dar lugar a equívocos) ante el bochorno que estamos padeciendo, y no precisamente por el calor del verano. La desfachatez campa a sus anchas por doquier a causa de los sorprendentes protagonistas de la corrupción que nos asola; personajillos adentrados en las diversas esferas de poder abusando de la confianza de gente buena que se ve abocada a la ruina por la mala administración y despilfarro de su dinero. En el caso de políticos del dinero de todos. Vergonzoso siempre, pero ahora con un importante plus de gravedad. A causa de la crisis económica, el nivel de pobreza ha aumentado de forma desmesurada. Es indignante que haciendo mutis por el foro, mirando hacia otra parte o disculpándose de manera sutil o infantilona, se intente correr una especie de tupido pero ajado velo. No me gustan las discusiones acaloradas y menos cuando se trata de cuestiones de interés general tan importantes.

Hay que ir a la raíz de los acontecimientos: Qué, cómo, cuándo, dónde y porqué. No sirve ´que cada palo aguante su vela´. Achicamos las aguas sucias entre todos o España se hunde en el fango.

Lo fácil es culpar a los demás y, al parecer, bastante difícil la actuación de la Justicia en semejante entramado de corrupción pero no podemos quedarnos en la protesta sin más. De probada eficacia es el compromiso personal en pro del bien común y el resurgir de la bonhomía.

No pretendo plagiar a Julián Marías en su Tratado de lo mejor, pero tampoco quiero alejarme de su contenido porque es un descubrimiento ético. La regeneración de las costumbres lejos de ser algo arcaico se ha convertido actualmente en una urgencia social. Necesitamos grandes dosis de coherencia para reconstruir nuestra sociedad ´anclada´ en las arenas movedizas de la corrupción. Más que adoptar una actitud moralista se trata de afrontar la realidad con los medios adecuados. Si fuera tan fácil como cuando tratamos de sofocar las altas temperaturas del verano€ Permanecer a la sombra, beber bastante agua, protegerse del sol con cremas especiales€ pero ante el bochorno que nos produce el abuso de poder, el despilfarro, la mala administración, el fraude y el robo, la solución viene respaldada por la coherencia en el actuar, tanto en el ámbito privado como en público. Un estilo de vida conforme a una escala de valores.

¿Un tratado de lo mejor?...

La pregunta está en el aire „enrarecido, bochornoso€„ pero la respuesta „sin lugar para ´no sabe, ´no contesta´„ es personal.