Son imprescindibles para que el juego sea limpio. Salir victorioso o vencido forma parte del azar, pero el buen entrenamiento y el esfuerzo continuado son avales determinantes para las buenas jugadas. Cuando se publique este artículo ya habrá sido levantada con entusiasmo la Copa de la Champions por el capitán de uno de los equipos finalistas. Ambos han rubricado el triunfo no sólo de Madrid sino de España en Lisboa 2014. Ojalá dentro y fuera del campo de futbol, con espíritu deportivo, todos hayan respetado las reglas del juego. Saber ganar y saber perder es cuestión de los mejores. La vida misma es así. En muchas ocasiones y por causas esperadas o no cambian las reglas del juego y no tenemos otra que volver a intentarlo poniendo lo mejor de nosotros mismos para conseguir aquello que nos habíamos propuesto. Altos y bajos nos ofrecen perspectivas diferentes como un reto personal para llegar primero o simplemente saber llegar. Cuestión que se reviste de mayor o menor importancia según la meta a conseguir.

Fin de semana histórico con diferentes terrenos de juego para ´botas´ y ´votos´. Las reglas del juego también son importantes para los políticos. Hay un gran desencanto por el modo de actuar de muchos de ellos. Ni siquiera hace falta una relación de los hechos porque están demasiado a la vista. Necesitamos más que una nueva clase política, unos políticos con clase. Ser y parecer. Animo a la gente joven a involucrarse adquiriendo la formación necesaria para tomar partido y fortalecer el bien común.

El resultado de las Elecciones europeas, lejos de marcar distancia entre vencedores y vencidos, nos debería conducir con firmeza a poner cada uno cuanto esté de nuestra parte para la construcción de un mundo mejor. A nivel de partidos cada cual tendrá que analizar causas y efectos determinantes del éxito o fracaso de su campaña electoral. Personalmente, implicarnos con mayor conocimiento de nuestros derechos y deberes, protegiendo el ámbito privado pero teniendo en cuenta que es la base y sustento de la actuación pública. Puede que algunos lo juzguen de utópico pero nada más lejos de una realidad imprescindible. Son las reglas del juego.